Es una extensa área de 77000 hectáreas que ampara una zona de Estepa patagónica en transición con el Monte, con características de aridez en un sector y semiárida en otro y que alberga una importante población de guanacos, así como otra fauna característica de las eco-regiones que integra. El área está en el noreste de la Provincia del Neuquén, ocupando partes de los Departamentos de Puenches y Añelo, a unos 45 kilómetros al sur de la ciudad Rincón de los Sauces y algo más próxima a la localidad Auca Mahuida.
En el área prospectada están representadas las Eco-regiones Monte de Llanuras y Mesetas y Estepa Patagónica según la clasificación de Burkard et a. (1999). De acuerdo a la división de Cabrera (1976), bastante coincidente en este sector con la anterior, en el área que se analiza convergen las Provincias Fitogeográficas del Monte y la Patagónica. De esta última corresponde el Distrito de la Payunia y del Monte no hay divisiones en distritos, pero señala agrupaciones – faciaciones las denomina- de la comunidad clímax del Jarillal, y para el noreste de Neuquén indica una comunidad florística preponderante de jarilla o jarilla hembra (Larrea divaricata), el alpataco (Prosopis alpataco), el monte negro (Bougainvillea spinosa), la tola (Fabiana patagonica) y Schinus sp. A las que se agregarían con menor dominancia Prosopidastrum globosum, que llaman comúnmente manca caballo, Cercidium praecox o brea, vulgarmente llamada, Geoffroea decorticans – chañar-, Grindelia chiloensis, que algunas llaman mata amarilla o melosa, Chuquiraga straminea y Lycium chilense, con una gran variedad de nombres comunes según las zonas.
En el Plan de Manejo del área se listan 121 especies de plantas fanerógamas, de las cuales 18 se consideran endémicas y una buena cantidad de las restantes tienen una distribución restringida. A modo de muestra se mencionan algunas especies colectadas en el área de las Sierras de Auca Mahuida. Varias especies del género Schinus sp.; Ephedra frustillata, llamada , entre otros nombres, barba de chivo; Ephedra ochreata, con muchos nombre vulgares como fruta de bicho o tramontana; la endémica Frankenia fischeri; Festuca argentina, llamado coirón junto con muchas otras especies; Poa lanuginosa – pasto hilo-; Poa hueca; Stipa humilis; Stipa ibari; Stipa neaei; estas cuatros últimas especies reciben el nombre de coirón; Monnina dictyocarpa o quelén en nombre común; Polygala rosei y Condalia megacarpa, ambas endémicas al igual que Adesmia aucaensis.
Las tres especies más comunes de jarillas Larrea cuneifolia, L. divaricata y L. nitida están presentes en el área. En la cima del volcán Auca Mahuida ya aparecen algunos vegetales de la Eco-región de los Altos Andes como Azorella sp. y Calceolaria sp. Es importante destacar la importancia de esta Reserva para la conservación de la flora por la gran cantidad de endemismos y la diversidad que provoca el ser un ecotono entre dos regiones biogeográficas. No obstante ello aún no se ha realizado un pormenorizado inventario de toda la flora del lugar.
Investigación y Textos: Gabriel Omar Rodriguez
En Reserva Auca Mahuida no se han realizado censos pormenorizados de la fauna. En el Plan de Manejo, recopilando información de distintas fuentes, siempre escasa y parcial, se presenta un cuadro sinóptico dando cuenta de la cantidad aproximada de especies de cada grupo taxonómico de vertebrados terrestres. Del mismo transcribimos esos guarismos: para los anfibios, el grupo menos representado comparando con el total de especies citadas para la provincia, se mencionan 4 especies – 3 con presencia confirmada y una muy presunta- ; los mamíferos, después de los anfibios el grupo con menor representación sobre el total provincial, citan la presencia confirmada de 17 especies y unas 30 más como muy probables; las aves, el segundo grupo más representado sobre el total para la provincia, contarían con un total de 131 especies, de las cuales son 64 de presencia confirmada y 67 como muy probables. Por último, resta mencionar a los reptiles que sería el grupo con mayor presencia – siempre comparando con el total de especies citadas para Neuquén-. De este grupo se constató que habitan el área 15 especies y se estima probable que haya 13 especies más.
Dentro de toda la fauna, resulta importante señalar que hay varias especies amenazadas y algunos endemismos. Como complemento a lo enunciado hasta ahora, se trascribe a continuación una reseña de la fauna de toda la Provincia. Comenzando por la ictiofauna se citan para la Provincia 18 especies de peces (Del Valle y Nuñez, 1990), de las cuales 7 son exóticas. La nómina de las especies citadas por los referidos autores es la siguiente: entre las exóticas contamos con la presencia de la trucha arco iris (Oncorhynchus mykiss), la trucha marrón (Salmo trutta), el salmón encerrado (Salmo salar sebago), la trucha de arroyo (Salvelinus fontinalis), la carpa (Cyprinus carpio), la madre de agua (Jenynsia lineada) y el pejerrey bonaerense (Odontesthes bonariensis). Los peces autóctonos son el puyén chico (Galaxias maculatus), el puyén grande (Galaxias platei), la peladilla listada (Aplochiton taeniatus), la peladilla listada (Aplochiton zebra), el otuno (Diplomystes viedmensis), le bagre de torrente (Hatcheria macraei), el bagre pintado (Trichomycterus areolatus), el pejerrey patagónico (Odontesthes hatcheri), la perca bocona (Percichthys colhuapiensis), la perca de boca chica (Percichthys trucha) y la perquita espinuda (Percichthys altipinnis).
Referente a los batracios se pueden mencionar como especies conspicuas al sapo andino (Bufo spinolosus), la no hace mucho descubierta por la ciencia rana gárgola (Alsohdes gárgola), la ranita de Darwin (Rhinoderma darwini), la rana verde austral (Hylorina sylvatica), el sapito cuatro ojos (Pleurodema bibroni), con el mismo nombre se designa también a Pleurodema bufonina, la poco conocidas ranitas (Batrachyla leptopus, B. antartandica y B. taeniata). Son de la Selva Valdiviana el sapo (Bufo variegatus), la ranita marsupial (Rhinoderma darwinii) y la Eupsophus roseus, entre otras especies.
Las aves están presentes con muchísimas especies – sólo para el P.N. Nahuel Huapi se citan unas 159 (Chebez, et al.1998) – entre las que se nombran al macá grande (Podiceps mayor), el macá plateado (Podiceps occipitalis), muchas especies de patos se observan en los lagos y lagunas andinos como el pato crestón (Lophonetta specularioides), el pato cuchara (Anas platelea), el pato de torrente (Merganetta armata), el pato barcino (Anas flavirostris). Entre las rapaces se citan como habituales al escaso (Accipiter bicolor) que se reparte sus poblaciones entre el bosque araucano y las selvas, tanto yungeña como paranaense, el enorme aguilucho cola rojiza (Buteo ventralis), el raro aguilucho andino (Buteo albigula) y el matamico blanco (Polyborus albogularis).Entre los reptiles hay que mencionar cerca de 15 especies del género Liolaemus como la lagartija de cabeza verde (Liolaemus chilensis) y de panza anaranjada (Liolaemus pictus), más varias especies del grupo de las culebras entre las que cabe nombrar la culebra araucana (Tachymenis chilensis), la falsa coral ñata (Lystrophis semicinctus), la falsa coral ocelada (Oxyrhopus rhombifer), la culebra campera o ratonera (Philodryas patagoniensis), la culebra arenera o rayada (Philodryas psamophideus) y la culebra (Clelia clelia), entre otras.
Otros Órdenes presentan algunas especies que son típicas de la zona de la Selva Andino-patagónica y de la zona esteparia. El rayadito (Aphrastura spinicauda), el carpintero araucano (Picoides lignarius), el carpintero patagónico (Campephilus magellanicus), la remolinea araucana (Cinclodes patagonicus), el llamativo chucao (Scelorchilus rubecula), el yal patagónico (Phrygilus patagonicus), el zorzal patagónico (Turdus falccklandii), el loro denominado cachaña (Enicoghnatus ferrugineus), el carpintero gigante (Campephilus magellanicus), el tordo patagónico (Curaeus curaeus), la paloma araucana (Columba araucana), el esportillero austral (Asthenes anthoides), el diucón (Xolmis pyrope), el gaucho (Agriornis montana) y el cabecita negro picudo (Carduelos crassirostris) son algunas de las muchas especies que habitan la selva andino-patagónica. Saliendo de este ámbito y entrando en la estepa son conspicuos, el choique o ñandú petiso (Pterocnemia pennata) y la martineta común (Eudromia elegans), la dormilona cara negra (Muscisaxicola macloviana) que es migradora local, el canastero patagónico (Asthenes patagonica), la monjita castaña (Neoxolmis rufiventris), el cachudito pico negro (Anairetes parulus), la diuca común (Diuca diuca), el cabecita negra austral (Carduelis barbatos), la loica común (Sturnella loyca), el yal carbonero (Phrygilus carbonarus) y el yal negro (Phrygilus fruticeti) entre una gran cantidad de otras especies.
En las zonas de altura el majestuoso cóndor (Vultur grypus) hace gala de sus dotes de gran volador. Los mamíferos neuquinos comprenden fundamentalmente especies del bosque araucano – incluyendo la selva valdiviana- y de la estepa patagónica y algunas especies del monte. Hay que destacar la presencia de algunas especies en seria regresión numérica de sus poblaciones y, por ende, con algún rango de amenaza. Tal es el caso huillín, güillín o lobito de río patagónico (Lontra provocax), con grado de amenaza En Peligro (SAREM, 2000) e inscripto en el apéndice I de la CITES. Es exclusivo de de Argentina y Chile y habita lagos y cursos de agua andinos – antes lo hacía también en los de la estepa patagónica- de la provincias de Río Negro, sur de Neuquén y reaparece en Tierra del Fuego (Parera, 2002). Otra especie con estatus En Peligro (SAREM, 2000)- apéndice I de CITES- es el huemul, güemul, ciervo andino, ciervo cordillerano (Hippocamelus bisulcus), entre otros nombres comunes, que en Neuquén se los ubica en las nacientes del río Chachín y en el Parque Nacional Lanín (Parera, 2002).
Continuando hacia el sur por Río Negro y Santa Cruz utiliza como hábitat en invierno el bosque montano- Nothofagus- y en verano asciende hasta por encima del límite superior del bosque. El pudú (Pudu pudu) es otra especie amenazada clasificada como Potencialmente Vulnerable y ocupa como las anteriores en Apéndice I de la CITES, forma parte de la familia Cervidae y es el más pequeño de todos los que integran esa familia, distribuyéndose por los bosques andinos – de los cuales es endémico- de Neuquén, Río Negro, Chubut y posiblemente también en Santa Cruz. La nómina de mamíferos en riesgo continúa con el gato huiña (Oncifelis guigna) designado Vulnerable, nacional e internacionalmente, también exclusivo de los bosques andino-patagónicos y muy similar al gato montés común (Oncifelis geoffroyi), especie que también habita la Provincia. Su distribución aproximada sería entre Aluminé en Neuquén y el Parque Nacional Los Graciares (Parera, 2002). También se cita la presencia del puma (Puma concolor) que ocupa el rol de máximo predador y del zorro colorado (Lycalopex culpaeus) – presente con dos subespecies- considerado por la SAREM (2000) como Riesgo bajo.
Asimismo integran la lista de la mastofauna neuquina el zorro gris (Lycalopex gymnocercus), el mamífero nativo de mayor distribución en Argentina, el hurón común (Galictis cuja), también de amplia distribución por todo el territorio argentino –sólo falta en la zonas cordilleranas-, el zorrino (Conepatus chinga), que en Neuquén encuentra su distribución más austral, el gato de pajonal (Lynchailurus pajeros) – presumiblemente sólo ausente en las provincias del noreste y mesopotámicas – con rango de Vulnerable (SAREM, 2000), muy huidizo y con hábitos nocturnos, condiciones que dificultan sus avistajes.
El guanaco (Lama guanicoe) ocupa zonas de la Provincia del Neuquén ecotonales del Bosque Araucano con el Monte y la Estepa patagónica y más al sur extiende su hábitat hasta la llanura esteparia. La vizcacha (Lagostomus maximus) tiene su límite de dispersión occidental en el este de Neuquén y la vizcacha serrana (Lagidium viscacia) que, con varias subespecies, llega hasta sur de Chubut. Al conspicuo coipo (Myocastor coypus) se lo ve en cursos de agua del sur neuquino, continuando su distribución hacia el sur hasta el norte de Santa Cruz. La mara (Dolichotis patagona) que se dispersa por toda la estepa patagónica y al norte llega hasta La Rioja, ocupa el este del Neuquén y tiene rango de amenaza de Vulnerable.
Varias otras especies de micromamíferos habitan la provincia del Neuquén cuya enumeración haría muy extensa esta síntesis. Sólo nombraremos algunas muy comunes o típicas de la región como la rata topo valdiviana (Geoxus valdivianus), el murciélago patagónico (Myotis chiloenses), el tucu-tucu patagónico (Ctenomys haigi), endémico de esta región; el ratón de oreja negra (Irenomys tarsalis) y el ratón –endémico- (Irenomys tarsalis).
Respecto a la fauna exótica se debe destacar que la Provincia cuenta con importantes poblaciones de ciervo colorado (Cervus elaphus), jabalies (Sus scrofa), liebre europea (Lepus europaeus), conejo de Castilla (Oryctolagus cuniculus) y más recientemente se está expandiendo el visón americano (Mustela vison). Con poblaciones más exiguas que el ciervo colorado, también hay ejemplares de ciervo axis (Axis axis), dama (Dama dama) y al menos en tres establecimientos rurales se cría con éxito el ciervo del Padre David (Elaphurus davidianus), no habiéndose dispersado hasta el momento.
Investigación y Textos: Gabriel Omar Rodriguez
Ubicación
El área que se analiza está en el noreste de la Provincia del Neuquén, ocupando partes de los Departamentos de Puenches y Añelo, a unos 45 kilómetros al sur de la ciudad Rincón de los Sauces y algo más próxima a la localidad Auca Mahuida. Sus coordenadas son 37° 42’ de Lat. S y 68° 38’ de Long. O.
Superficie
La Reserva Auca Mahuida posee una extensión de 77.020 hectáreas.
Relieve
El territorio neuquino tiene un amplio sector montañoso en su parte occidental, en el que se distinguen tres tipos de formaciones orográficas: los Andes Patagónicos, los Andes de Transición y los Patagónides. El paso de Pino Hachado, ubicado aproximadamente en la mitad oeste de su extensión norte-sur – a casi 1900 m.s.n.m. –, es una óptima referencia para indicar la división entre la formación Andes de Transición, ubicada al noroeste de la Provincia, y los Andes Patagónicos que se extienden desde ese sitio geográfico hacia el sur.
Las elevaciones conocidas como Patagónides son una formación que se agrega al borde oriental de las anteriores desde la latitud donde cruza el río Agrio hacia el sur. Patagónides es una formación de mayor antigüedad que las restantes, mucho más erosionada y con una formación geológica diferente, con elevaciones bajas que no superan los 2.000 m.s.n.m. Además poseen, en su mayoría, las cimas aplanadas por la acción eólica y glaciaria; estas llanuras de altura en la región se las llama pampas. O sea, estas elevaciones con sus altiplanicies son paso obligado para ir de las cordones andinos de mayor altura del oeste hacia la llanura del oriente provincial .En cambio los Andes Patagónicos y los de Transición –llamados así porque pasan del norte muy árido al sur del territorio neuquino ya con suficiente humedad- son formaciones más recientes, de la Era Terciaria, surgidos de grandes movimientos tectónicos acompañados de intensas efusiones volcánicas (Rodríguez, C , 1982).
Los Andes de Transición están formados por dos cadenas montañosas paralelas, una ubicada sobre el este junto al límite internacional, con alturas no muy elevadas y una continuidad en su estructura y con muchos pasos transitables de no más de 2.000 m.s.n.m.
Tiene por límite oriental las cuencas de los ríos Neuquén y Agrio y en las partes más bajas del sector sur comienzan a manifestarse los primeros bosques andino-patagónicos. El otro cordón que integra los Andes de Transición, ubicado al oriente del primero, posee elevaciones mayores como el cerro Domuyo de 4.709 m.s.n.m. y el Tromem de 3.978, con manifestaciones de vulcanismo que deja sus huellas a través de fumarolas, géysers y aguas termales. La tercera cadena orográfica que se aprecia en la Provincia, los Andes Patagónicos, forman bloques aislados – es decir lo contrario al sector occidental de los Andes de Transición – separados por lagos glaciarios y pasos cordilleranos. La preponderancia de la acción glaciaria sobre la tectónica en este sector trae como resultado elevaciones agudas y conos volcánicos como el conocido Lanín de 3.776 m.s.n.m.
Fuera del ámbito de las altas elevaciones cordilleranas el territorio provincial es una gran meseta de pendiente suave hacia el este, alternada con serranías, cañadones, valles fluviales, principalmente los del Neuquén y el Limay. Un accidente geográfico característico del borde oriental son los llamados bajos por ser grandes depresiones, producto del hundimiento de la corteza. Por otra parte el subsuelo de la parte mesetaria está compuesto por una complejidad de capas, algunas de origen marino, que dieron lugar a la formación de yacimientos petrolíferos.
Los principales conjuntos de estribaciones que surcan la parte de la meseta – oriental- son de norte a sur: Sierra de Huantraico, Sierra Negra, Sierra de Auca Mahuida, Sierra Blanca, Sierra Barrosa, Loma de la Chiva y Barda Negra (Raone, 1969).
La reserva que se analiza está enclavada en las elevaciones que llevan el nombre de Sierras de Auca Mahuida, las más altas del sector este de la Provincia y casi aisladas de otras serranías. Según lo señalado en el Plan de Manejo del área, podemos diferencias tres zonas con distintos caracteres de relieve. En primer término se menciona una zona de conos volcánicos, ubicada aproximadamente en la parte central del cordón serrano y que como el nombre lo sugiere se identifica por la presencia de varios picos de características volcánicas – con cráteres visibles – que marginan por el este y el oeste al principal Volcán Auca Mahuida de 2253 m.s.n.m.
Se indica una segunda zonificación, llamada zona de rincones, en el sector sur donde las laderas de pendientes abruptas distinguen a los cerros, las que forman entre sus extensiones hoyadas o depresiones cóncavas que localmente se llaman “rincones”. Una tercera zona de planicie y bajos se distingue en la parte norte, donde se encuentran las menores pendientes y accidentes del terreno que finalizan en los bajos del noroeste en los que se forman lagunas pluviales.
Hidrografía
La región que ocupa la Reserva Auca Mahuida se caracteriza por ser de una gran aridez, por lo que los cursos de agua son totalmente temporarios y descienden por las laderas formando cañadones, en los se ve agua sólo cuando de producen repentinas precipitaciones en verano y otoño que apenas pueden superar los 150 mm. al año.
En el sur del área hay gran depresión que acumula las aguas de los alrededores más elevados que de denomina Cuenca del Añelo, e incluso puede recibir aguas del río Neuquén en ocasiones de grandes crecientes. A pocos kilómetros del extremo norte del área corre el río Colorado uno de los tres más importantes de la Provincia, que sirve de límite interprovincial con Mendoza. Es formado por el río Grande y el Barrancas.
En su recorrido por la provincia recibe pocos afluentes, y los que lo son tienen carácter de temporarios. Tiene un caudal muy variable, pudiendo estimarse un promedio de 130 m3/seg., pero en época de mayores lluvias y deshielos – primavera- esta cifra puede ascender a 800 m3/seg. Su coloración rojiza de debe a la greda que acarrea (Raone, 1969).
Clima
La región de la Provincia del Neuquén está, respecto al clima, en una situación de transición entre los climas templados y fríos y con regímenes de precipitaciones también disímiles según los sectores. En términos muy generales se puede decir que el norte y este es frío y seco y el sur frío y húmedo.
Tomamos como ejemplo bien significativo dos áreas donde hay estaciones metereológicas permanentes; una en la parte noroeste que es Chos Malal, ubicada en un valle a unos ochenta kilómetros de la Cordillera y la otra en la Isla Victoria, bien en el extremo sur, en el lago Nahuel Huapi. La primera presenta una temperatura promedio anual de 13,7† C y, en la mencionada en segundo término, el mismo registro desciende a 8,7† C. A su vez ésta última posee una precipitación anual que ronda los 1650 mm. y la diferencia entre el promedio del mes más frío con el más cálido es de 11,8 †C. En cambio en Chos Malal, caen apenas 232 mm. anuales y la diferencia del promedio de temperaturas entre el mes más cálido y el más frío llega a los 15,3† C (Rodríguez, 1982).
Este ejemplo pone en evidencia las diferencias en cuanto a clima que sufre este territorio algo alargado de norte a su -o sea con gran diferencia latitudinal- y con zonas de alta montaña y otras llanas. Las precipitaciones pluviales tienen su origen en buena medida en los vientos del Oeste que traen humedad desde el territorio chileno y predominan en invierno. Las precipitaciones en forma de nieve se producen dentro de límites muy variables y cantidades que varían según la zona.
La parte oriental presenta condiciones climáticas algo más estables que en la zona cordillerana, pudiendo estimarse una temperatura media para todo el sector este de unos 14† C. En este sector los valores de temperatura media de los meses de invierno se sitúan aproximadamente en los 5† C y en 22† C para los meses de verano (Raone, 1963).
Los vientos que prevalecen en la zona cordillerana norte son los que provienen del sector Oeste y Noroeste; en la cordillera sur los del Sudoeste y Oeste y en mitad oriental del territorio provincial soplan con mayor frecuencia vientos del Oeste y Sudoeste. Las máximas precipitaciones se dan en suroeste –sector de los grandes lagos- que se aproximan a los 2.500 mm anuales y en el noroeste hay lugares de extrema aridez, donde apenas alcanzan los 200 mm. al año (Rodríguez, 1982).
En la región donde está la Reserva Auca Mahuida posee las temperaturas más altas de la Provincia. La media anual se sitúa en los 14† C y la amplitud media anual se aproxima a los 16† C (Arroyo, 1980). La humedad relativa oscila entre el 40 y 50 %, siendo menor en el este y los vientos dominantes en la unidad de conservación son los del sector oeste y sudoeste, producto de las masas de aire frío del Pacífico que chocan con las corrientes cálidas del norte y noroeste (Pies, 1995). Las precipitaciones en este sector se aproximan a los 150 mm anuales distribuidas en forma más o menos uniforme a lo largo del año.
Investigación y Textos:Gabriel Omar Rodriguez
Cómo llegar
A la ciudad de Neuquén se puede arribar partiendo de la ciudad de Buenos Aires por más de un itinerario. Una de las mejores posibilidades es tomar la RN N† 5 hasta la ciudad de Santa Rosa, capital de la Pampa. Luego se continúa unos pocos kilómetros hacia el sur por la RN N† 35 hasta que es interceptada por la RN N† 152 que parte a nuestra derecha – rumbo oeste- y, en el Paraje El Carancho, toma un marcado rumbo sur y pasando por el Parque Nacional Lihué Calel y luego por la ciudad de Puelches, en la localidad de Chelforó, provincia de Río Negro, es interceptada por la RN N† 22. Se circula por ésta última hacia la derecha nuevamente – rumbo oeste- y nos conduce a la capital neuquina.
Desde la ciudad de Córdoba, punto intermedio para acceder desde Salta. Jujuy, Tucumán y Santiago del Estero por la RN N† 9, se circula hacia el sur por la RN N† 36 hasta la ciudad de Río Cuarto. En este punto hay que hacer un muy breve recorrido hacia el sudoeste- 10 kilómetros aproximadamente- por la RN N† 8 , desde donde parte con rumbo definido hacia el sur la ya mencionada RN N† 35 que nos lleva a la capital de La Pampa y de acá se continúa como se señaló en el párrafo anterior.
Desde la ciudad de Santa Fe hay más de un recorrido, pero se sugiere tomar por la autopista hacia Rosario y luego seguir hasta San Nicolás, ni bien se ingresa a la provincia de Buenos Aires. En esta ciudad sale con sentido sur la RP N† 65 que deberá tomarse hasta la localidad de 9 de Julio, lugar en el que este camino es interceptado por la RN N† 5 que nos lleva a Santa Rosa. De ahí se sigue como se indica en el primer párrafo. Otra posibilidad es hacer el recorrido Santa Fe – Córdoba por la RN N† 19 y seguir desde esta última ciudad como ya se señaló.Los que parten de Corrientes y Paraná tienen que llegar a Santa Fe como primer paso, para luego seguir el camino ya indicado.
Desde el sur se puede provenir desde las ciudades sobre la costa marítima, en cuyo caso hay que tomar con rumbo norte la RN N† 3 hasta San Antonio Oeste y desde aquí parte la RP N† 304, siempre hacia el norte, que luego de transitar 90 kilómetros se “funde” en la RN N† 250 que corta en Choel-Choel a la RN N 22. En este cruce habrá que transitar hacia el oeste –izquierda- dirigiéndose en forma casi rectilínea a Neuquén capital. Desde las localidades que están sobre la Cordillera hay que arribar por la RN N† 40 hasta que la corta la RN N† 258 que va a El Bolsón y sigue hasta San Carlos de Bariloche, a partir de donde se sigue por la RN N† 237 que nos lleva a la ciudad de Neuquén.
Para arribar a la Reserva Auca Mahuida, se parte desde la ciudad de Neuquén por el Boulevard 9 de Julio hacia el norte que se transforma en la RP 51 rumbo a Planicie Banderita. Al punto de recorrer unos treinta kilómetros, aproximadamente, a nuestra derecha – norte- parte una ruta asfaltada que luego de muy pocos kilómetros cruza la RP N† 7, momento a partir del cual continúa de ripio la RP N† 8. Se circula una distancia próxima a los 110 kilómetros y en el paraje El Cruce es interceptada por la asfaltada RP N† 6 que recorriéndola hacia el oeste (izquierda) nos lleva a Rincón de los Sauces. En esta localidad se recomienda consultar el camino que a sólo 35 kilómetros de recorrido nos conduce a la Reserva.
Recursos Culturales
Como es sabido, la ausencia de escritura, de tradición oral de carácter histórico y a veces de suficientes vestigios, hacen difícil desentrañar pormenores de las primeras ocupaciones humanas en el territorio argentino en general y, particularmente, en el neuquino que nos ocupa. No obstante, con el período hispánico la cuestión se revierte notoriamente gracias a los abundantes escritos que nos dejaron narradores, principalmente sacerdotes jesuitas, que contribuyeron mucho a conocer al menos los que habitaban estas latitudes al momento de la conquista. Tratando de ilustrar al lector sobre este último período, se reseñan a continuación aspectos vinculados con estos últimos habitantes.
Los pehuenches
Ocupaban en la época de la conquista una vasta zona al sur del paralelo 40, o sea sur de la actual territorio de Mendoza y oeste del de Neuquén. Por su aspecto físico, altos, delgados y de cabeza alargada, formaban parte de los huárpidos, cultura que ocupaba la zona de Cuyo. Fueron llamados pehuenches por los araucanos en razón de que eran colectores del fruto de la araucaria o pehuén; con los piñones de esta planta hacían una especie de pan y algo similar a la chicha. Como la cosecha se hacía una vez al año guardaban los piñones en grandes silos subterráneos que a veces mantenían hasta cuatro años. Fueron cazadores de guanacos y ñandúes y sus viviendas consistían en toldos hechos de cuero de animales, principalmente de guanaco y luego utilizaron también el de vacunos y equinos. Las pieles las cosían con tendones y trataban de combinar distintos colores. Los paños así armados, eran sostenidos con palos y travesaños. Las pieles se usaban también como vestimenta que adornaban con plumajes de cuya confección fueron grandes artífices (Serrano, 1999).
Además de la elaboración de productos de cuero, los que vivían cerca de lagunas fabricaban balsas y también se dedicaban a hacer productos de cestería muy esmerada. Más recientemente, usaban tejidos aunque no lo fabricaban, los adquirían de los araucanos a cambio plumajes, sal y luego caballos (Canals Frau, 1986). Se pintaban la cara, brazos y piernas de distintos colores y por distintas razones, entre las que se incluía el duelo. Fueron uno de los precursores en la utilización de una especie de raqueta, hechas de caña coligüe, para caminar sobre la nieve. Sus armas eran arco y flecha con punta de piedra y las boleadoras. Cuando comenzaron a araucanizarse usaban también el “fuste aucá”, larga lanza araucana de varios metros de largo. Es muy importante hacer acá un paréntesis y referirnos muy brevemente al pueblo araucano. Estos eran originarios de Chile; se caracterizaban por tener una economía basada en la agricultura y el pastoreo de camélidos – que luego reemplazaron por al ganado traído por los españoles- y se llamaban a sí mismos mapuches que en su lengua significada “gente de la tierra”. Habitaron aproximadamente la región comprendida entre el río Bío Bío y la zona de Valdivia (Wright y Nekhon, 1990).
Lucharon con gran ímpetu contra la invasión Inca primero y la Española después. Con el paso del tiempo se fueron seduciendo por la prosperidad que ofrecía el comercio de equinos y vacunos de las pampas, cuyas poblaciones cimarronas abundaban, y fueron emigrando en grandes cantidades hacia la zona central del actual territorio argentino, llegando hasta la misma provincia de Buenos Aires. Influyeron culturalmente tanto en los pampas como en las otras parcialidades que ocupaban esta región, como el caso de los pehuenches que tratamos en este apartado. Este fenómeno de aculturación se lo denominó araucanización.
Finalizando con los pehuenches es oportuno comentar que fueron bastante bravíos combatiendo y arrasaron en más de una oportunidad poblaciones del conquistador europeo como ocurrió con la estancia jesuítica “La Arboleda” – situada en el sur de Mendoza- que en 1666 la destruyeron totalmente. Estos ataques no se limitaron al oriente de la cordillera sino que en ocasiones la atravesaban y acometían contra poblados chilenos. Si bien se los conoce desde tiempos lejanos hablando el “chilidugu” de los mapuches chilenos, algunos etnólogos manifiestan que primariamente tenían un vocabulario en el que usaban palabras del dialecto “milcayac” de la lengua huarpe (Raone, 1963)
Puelches
Los patagones del Norte, llamados también puelches o mejor aún puelche-guénaken; nombre que según el Perito Moreno se lo asignaron ellos mismos. La zona que ocuparon estos aborígenes está comprendida entre sudoeste de La Pampa, este de Neuquén, la provincia de Río Negro y sur de la provincia de Buenos Aires llegando cerca de la actual ciudad Mar del Plata.
Según datos del etnólogo francés Alcides D’Orbigny, quien fue uno de los primeros que estuvo en contacto con estos aborígenes, nos dice que eran de estatura media y de físico corpulento con cierta similitud con los patagones (ubicados más al sur). Fueron primitivamente cazadores de guanacos y ñandúes, cuya carne era su sustento principal. Más tarde, en el siglo XVIII, comenzaron a comer carne de caballo, animal que cazaban en las llanuras meridionales de la provincia de Buenos Aires. No obstante, también recolectaban raíces, semillas que molían entre dos piedras para hacer harina y preparaban bebidas alcohólicas.
Sus principales armas eran el arco y la flecha, las bolas y el lazo, con ellas cazaban y peleaban. En tiempos más recientes, cuando ya eran indios ecuestres, usaban para la guerra la lanza larga y el coleto de cuero.
Su vestimenta consistía en un manto hecho de varias pieles cosidas con tendones que generalmente se conoce con el nombre de “quillango”. En una primera etapa lo hacían con pieles de guanaco y zorro y luego con la de caballo, las que ostentaban pinturas de carácter geométrico del lado opuesto al pelo. Ambos sexos usaban esta indumentaria, los hombres por debajo llevaban un taparrabo triangular atado a la cintura y las mujeres un delantalillo también de piel. Hombres y mujeres se pintaban la cara y algunas partes del cuerpo con distintos colores y como tocado usaban una vincha (Canals Frau, 1986). Se caracterizaban por ser nómades por lo que sus viviendas eran algo precarias para hacerlas desarmables y sus desplazamientos estaban motivados por la busca de lugares de caza. Se han encontrado algunos restos de alfarería pero no conocían el tejido. Las mantas o prendas tejidas que usaban las adquirían de los araucanos de Chile.
Su lengua llamada “gününe yájitch” aunque, tenía cierta semejanza con la de los tehuelches. Como la mayoría de estos pueblos habían elaborado ritos funerarios y los muertos eran enterrados en grutas o cavernas envueltos en su manto y junto a sus armas y adornos (Canals Frau, 1986). Se sacrificaban los animales que habían pertenecido al difunto y se prendía fuego al toldo bajo el cual había vivido. Todo esto para que en la otra vida pudiera disponer de todo lo que le había pertenecido.
Otras parcialidades que habitaron la región y de las que se conoce muy poco fueron los leuvuches – del araucano leuvu= río y che= gente – que como bien lo indica su denominación vivieron junto a los ríos, especialmente el Limay, y también hay indicios que lo hicieron a la vera del Neuquén, Negro y Colorado. Eran muy aficionados a la pesca y se los considera de raza puelche, y desaparecieron junto con éstos y fueron araucanizados. En la zona del Nahuel Huapi habitaba una parcialidad que se denominaba poya que se los vincula con los patagones del norte o gününa kune y otra denominada vurilolche o vuriloche, muy similares entre si y desaparecieron tempranamente (S. XVII). Otro agrupamiento aborigen fue descrito por el Perito Moreno que los denominó genanquenes, pero posteriormente fueron considerados como puelches-génaken.
Todas las culturas de la región vieron su final en 1883, cuando tuvo su apogeo la acción bélica contra ellos desatada por iniciativa del Presidente Julio A. Roca, que se conoce como la “Conquista del Desierto”. Sus tierras nunca más las recuperaron – a excepción de pequeños reductos- y fueron muertos y tomados prisioneros y luego repartidos en estancias u obrajes donde los quisieran tener (Raone, 1963). Actualmente hay grupos en algunos Parques Nacionales – como el Nahuel Huapi- donde se les devolvió pequeñas parcelas de tierra para que puedan desarrollar sus vidas en el hábitat originario.
Ecoturismo
Mencionar todas las bellezas naturales y culturales que encierra el territorio neuquino, llevaría muchas páginas, por lo que nos limitaremos a enunciar los principales lugares donde concurre más masivamente el turismo y sólo como muestra se manifiesta que casi todos los accidentes geográficos o fenómenos de la naturaleza que atraen nuestra curiosidad se dan cita en Neuquén: montañas, glaciares, ríos caudalosos de aguas cristalinas, cerros con nieves eternas, explanadas para la practica del esquí, lagos majestuosos rodeados de montañas que en sus laderas muestran una tupida vegetación boscosa donde se puede practicar la pesca deportiva, cotos de caza mayor con fauna exótica, planicies semidesérticas, fauna y flora casi únicas con un sector de selva, denominada selva valdiviana, cascadas, Parques Nacionales que custodian estas riquezas y otras manifestaciones naturales más que la convierten en la vedette de las provincias argentinas.
Ciudad de Neuquén
Se halla ubicada en la confluencia del los ríos Limay y Neuquén, en el extremo este de la provincia. Un extenso puente carretero la une con la provincia de Río Negro. El sistema de riego dio facilidad al cultivo y luego la llegada del ferrocarril en 1902 le dio salida a los mercados, convirtiéndose en una ciudad sumamente próspera. En el centro hay amplias avenidas con típicas alamedas y en las afueras es visible su pujanza industrial seguramente enraizada con el significado del nombre Neuquén que en araucano quiere decir “atrevido, audaz”. En un paseo por la ciudad podemos disfrutar la visita a distintos lugares como el Observatorio Astronómico, Universidad Nacional del Comahue, una de mas más prestigiosas de la Argentina, la vistosa Casa de Gobierno, el centro de Artesanías Neuquinas, con manufacturas de calidad excelente, el Museo Histórico Municipal Dr. Gregorio Alvarez que nos permitirá recorrer a través de sus piezas expuestas el pasado remoto y más próximo del lugar,Museo Regional de Ciencias Naturales y Humanas, con importantes muestras arqueológicas y paleontológicas, la Pirámide recordatoria de la ciudad de Neuquén que rememora la controvertida llegada del ejército Expedicionario de la Campaña al Desierto a orillas del río Neuquén frente a los puentes del ferrocarril Roca.
Otro interesante lugar para conocer son los balnearios naturales sobre el río Limay: Balneario Municipal y Balneario Río Grande. Y antes de ir a recorrer los alrededores no Podemos dejar de transitar la calle peatonal con variados espectáculos callejeros, vistosas vidrieras de importantes comercios, confiterías y restaurantes. Además es importante señalar que la ciudad cuenta con una importante cantidad de hoteles de buena categoría y centros de gastronomía que acompañan ese nivel. Cruzando el río Limay se puede ver el Aeropuerto y el Casino provincial ubicados en Colonia Valentina.
Lugares fuera de la Ciudad
Saliendo de Neuquén capital se puede conocer el Dique Ingeniero Ballester sobre la Ruta Nacional 234 el “Museo de Sitio” cementerio indígena precolombino único en la Patagonia y la Estación de Piscicultura a 17 kilómetros sobre la RP. 22, donde se puede apreciar la cría de salmónidos que luego son volcados en los distintos espejos de agua provinciales.
A pocos kilómetros de la Capital transitando por la RP 17, llegamos al Embalse Mari Menuco formado por el Dique Cerros Colorados. Por la RN 22 hacia el sur, luego de transitar unos 65 kilómetros aparece el Embalse Ezequiel Ramos Mejía formado por el Chocón, de una de las represas hidroeléctricas más grandes del país.
Los Parques Nacionales
El Parque Nacional Laguna Blanca está cerca de la ciudad de Zapala y se arriba por la RP 46. Presenta un hermoso paisaje de este espejo de agua con el marco de fondo de los cerros y una variadísima muestra de aves acuáticas, algunas de las cuales presentan colonias muy numerosas.
Parque Nacional Nahuel Huapi, compartido con la provincia de Río Negro, es uno de los centros turísticos más importantes de la Argentina y su prestigio trasciende holgadamente nuestras fronteras. Fue el primer Parque Nacional de la Argentina y se conoce más por la ciudad de San Carlos de Bariloche que está en territorio rionegrino, pero la mayor superficie se extiende sobre Neuquén con las emblemáticas localidades de Villa La Angostura y Villa Traful. El paisaje de las montañas sobre este Lago Nahuel Huapi es una postal que recorre el mundo en cuanta publicación sobre turismo en la Argentina exista. Dentro de esta área protegida existe otro Parque Nacional, denominado Los Arrayanes, por tratarse de un bosque de esa especie nativa, en la Isla Victoria, ubicada en medio del gran lago. La pesca de salmónidos en este espejo de agua atrae a pescadores de todos los rincones. El circuito de los Siete Lagos es uno de los más recomendados para realizar en esta zona.
Parque Nacional Lanín, Por último mencionamos al cuarto Parque Nacional con que cuenta la provincia que es el Lanín, que muestra ese característico volcán de los Andes con su cima siempre cubierta de nieve junto a las aguas del Lago Huechulafquen y el Lago Lácar que también está dentro de sus más de 400.000 hectáreas de superficie. Siete comunidades mapuches viven en jurisdicción de este Parque nacional.
El Parque Provincial Copahue no tiene mucho que envidiar paisajísticamente a los nombrados de ámbito nacional. En su proximidad está uno de los centros termales más conocidos del país que son las Termas de Copahue, con aguas sanadoras por excelencia y una infraestructura de primer nivel aguardan al visitante.
Otros itinerarios
Cavihué: Es un centro turístico que combina la práctica de deportes invernales con paseos a caballo y termalismo preventivo. Cuenta con alojamiento y restaurantes aptos para el bolsillo de cualquier visitante. En el mismo circuito que nos condujo al Parque Provincial hay centros de interés turístico como Laguna Escondida y el Lago Cavihué.
Otras áreas naturales protegidas de ámbito provincial que no podemos dejar de visitar son los Parques Provinciales Tromen y Lagunas de Epu-Lauquén, con el famoso volcán Domuyo.
Ciudades importantes para conocer son: la ya mencionada Villa La Angostura, San Martín de los Andes y Junín de los Andes, las que en las últimas dos décadas están atrayendo gran cantidad de turistas por sus paisajes de ensueño.
Para los que quieran esquiar, Neuquén cuenta también con uno de los centros más conocidos de Argentina como lo es el cerro “Chapelco” donde se desarrollan importantes competencias de este deporte. Le siguen es importancia similar tres centros de esquí más: Caviahue, en la Villa del mismo nombre, a sólo 21 kilómetros de Copahue; Cerro Bayo, a 9 kilómetros de Villa La Angostura con una pista de 50 hectáreas y el centro de esquí Primeros Pinos, ubicado en le Cerro Queli Mahuida a unos 50 kilómetros de la ciudad de Zapala.
El circuito Pehuenia es un recorrido turístico interesante que pasa por varios lugares muy pintorescos como son el ya nombrado Parque Laguna Blanca, luego por el lago Aluminé, el Moquehué, el Ñorquinco, rodeado por los cerros Clucho Chumpirú y Melipilum. Y continúan los lagos con el Pihué y el Rucachoroi, este último sobre la RP 18.
En el sector norte de la Provincia se puede visitar la localidad de Chos- Malal, con un importante Museo Regional, la ya nombrada Reserva Tromen, luego, siguiendo por la RP 6, encontramos la localidad El Cholar, desde donde se puede ir al Fortín de los Guanacos y Los Miches, un asentamiento aborigen. Y muchas otras localidades, lagos, montañas que harían interminable esta cita de lugares de interés, en este caso del sector norte provincial. No hay espacio para las dudas respecto al potencial turístico de esta Provincia argentina ubicada “en la puerta” de la enigmática Patagonia.
Conservación
La Provincia de Neuquén en su conjunto está – potencialmente en algunos casos y de hecho en otros- amenazada en el equilibrio de sus ecosistemas por la gran cantidad de especies exóticas que habitan su territorio. Al menos tres especies de ciervos, un mustélido, dos lepóridos, un suido y dos roedores dentro de los mamíferos; a lo que se suma varias especies de peces – siete – y dos aves (faisanes). Si bien no es la única provincia con especies exóticas integrando el elenco de la fauna silvestre, en el caso que nos ocupa se suma una cantidad significativa.
La flora no escapa a este problema, dado que hay también varias especies invasoras que ponen en riego a algunas especies nativas. Se tiene conocimiento que se realiza extracción de leña en distintos puntos de los Departamentos Pehuenches y Añelo. Lo que está expresamente prohibido desde el año 1993 por un Decreto del Poder Ejecutivo Provincial (Fiori y Zalba, 2000).
Además en la región se practica actividad ganadera que ocasiona sobrepastoreo, lo que a su vez, degrada notoriamente el suelo con todo los daños que ello trae aparejado. Uno de impactos ambientales más negativos de la zona lo origina la actividad petrolera que en épocas pasadas desmontaron la débil capa fértil del suelo en la construcción de picadas sísmicas. Desde las alturas se observa un cuadriculado casi perfecto que será difícil de erradicar por décadas. Actualmente la actividad extractiva ha modificado su proceder con respecto al medio natural, sin embargo los daños ya ocasinados sólo se mitigarán con el paso del tiempo, donde la misma naturaleza se recompondrá por sí sola. Los controles son nulos o casi nulos, y la normativa vigente no garantiza lo suficiente la minimización de estos daños ambientales (Fiori y Zalba, 2000) (Resolución SE 105/92).
Fecha e Instrumento Legal de Creación
Se trata de una Reserva de Usos Múltiples, según se la denomina en el Artículo 6† de la Ley N† 1446, que la da el soporte legal. El objetivo de la creación de ésta unidad de conservación está claramente expresado en las Consideraciones de la Ley de creación al expresar: “Que el Macizo volcánico de Auca Mahuida es representativo del ambiente árido y semiárido de la Patagonia extrandina y uno de los pocos e importantes refugios de vida silvestre, en especial del guanaco (Lama guanicoe); Que el área considerada posee comunidades vegetales perteneciente a la zona de transición entre las Provincias Fitogeograficas del Monte y Patagonia (Distrito Payunia) y posee especies endémicas de las que es necesario asegurar su perpetuidad…”.
Fue creada mediante la sanción de la Ley Provincial N† 1446/96 del 28 de mayo de 1996. Luego, la Ley N† 3603/98 le otorga el rango de Área Paleontológica protegida a un sector del sur de la Reserva.
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Investigación y Textos: Gabriel Omar Rodriguez
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