Formosa es un territorio que por sus características morfológicas y, tal vez, por ser zona de frontera, no desarrolló gran población. Es por ello que aún conserva zonas prístinas de su naturaleza y que, en este caso, la comunidad internacional, por medio del Programa El Hombre y la Biosfera de la UNESCO, puso su mirada en ella. Este programa tiene como objetivo general enseñar al hombre a vivir en armonía con la naturaleza, haciendo uso racional de sus recursos. Fue en el año 2000, cuando a propuesta de la Argentina, una zona de esta provincia se declara Reserva de la Biosfera. Esta categoría internacional recayó sobre la Reserva Provincial Teuquito y abarcó un sector mucho más amplio que ocupa 81.000 hectáreas y se la denominó Reserva de la Biosfera Riacho Teuquito. También la Reserva incluye una porción oriental de la Reserva Natural Formosa, de la laguna Yema, pequeños poblados y campos privados.
Es oportuno aclarar que muchos de los bosques de la Reserva de la Biosfera Riacho Teuquito, sufren el impacto de la explotación maderera y ganadera con distintos grados de alteración. Situación que paulatinamente va ir ordenándose a medida que avancen los planes de concientización sobre lo pobladores en cuanto a la responsabilidad que les cabe al estar habitando un espacio protegido por un Programa Internacional.
Siguiendo a Cabrera (1976) el área se sitúa en la Provincia Fitogeográfica Chaqueña, y dentro de esta en la subdivisión Distrito Chaqueño Occidental, que además del oeste formoseño, abarca también el occidente de la provincia del Chaco, este de Salta y Tucumán y gran parte de Santiago del Estero.
La comunidad clímax es el bosque de quebracho, un bosque seco, de mediana altura y bastante abierto, desarrollado sobre suelos maduros y caracterizado por la presencia del quebracho colorado santiagueño (Schinopsis lorentzii) y del quebracho blanco (Aspidosperma quebracho-blanco). La primera de las especies, al igual que la del quebracho colorado chaqueño (Schinopsis balansae), se utiliza para fabricar durmientes, vigas, postes y para producir tanino, por lo que esta especie ha sido intensamente explotada desde fines del sigo XIX hasta mediados del XX. El quebracho blanco es de tronco recto y corteza rugosa de color grisáceo, con ramas que caen en forma algo péndula y los frutos son grandes cápsulas orbiculares, llenas de semillas provistas de un ala membranosa que permite su dispersión por el aire.
Entre las especies arbóreas destacables hay que nombrar el primer término al palo santo (Bulnesia sarmientoi), especie muy escasa cuyos únicos palosantales protegidos estarían dentro del área prospecta. La madera del palo santo es muy apreciada por su dureza, veteado, matiz verdoso y aroma, por lo cual ha sido intensamente explotado ya desde épocas coloniales en su reducida área de dispersión, donde hoy es una de las especies en mayor peligro de desaparecer. Otras especies de valor son el itín o palo mataco (Prosopis kuntzei), el guayacán (Caesalpinia paraguariensis), de vistosa corteza, el mistol (Zizyphus mistol), el zapallo caspi (Pisonia zapallo), el palo tinta (Achatocarpus praecox), el cabo de lanza, y muchísimos otros nombres vulgares que recibe, (Sideroxylon obtusifolium) y el palo jabón (Sapindus saponaria), entre las más conspicuas de porte alto.
De menor altura encontramos especies como al algarrobo blanco (Prosopis alba); el peje (Jodina rhombifolia); el tintinaco (Prosopis torquata); el yuchán (Chorisia insinis); uno de los árboles nativos más originales y decorativos con su típico tronco muy engrosado en forma de botella y una hermosa flor – en zonas selváticas desarrolla el tronco más angosto y alto- (Dimitri, et al, 1993); el guaraniná, ibirá niná o chiri molle (Bumelia obtusifolia); un árbol espinoso de una altura que oscila entre los 5 y 15 metros de altura; la brea (Cercidium australe ), también espinoso y característico por su corteza lisa de color verde; y el garabato (Acacia praecox), cuyo porte alcanza sólo entre 3 y 8 metros y posee una copa irregular cuando joven, mas alta y estrecha cuando adulto; el tala blanco (Celtis pallida); el naranjillo, palo verde o alcaparra, entre mucho otros nombres comunes (Capparis speciosa), que apenas llega a medir 6 metros como máximo, aunque la altura más común es bastante inferior con corteza verde oscura y follaje característico por su color verde intenso y el saucillo o ibá-hé (Acanthosyris falcata), entre varias especies más.
En zonas donde el bosque ha sido talado o simplemente se interrumpe por factores naturales crecen algunas cactáceas como el quimilo o quimil (Opuntia quimilo), muchas veces acompañado por el cardón (Stetsonia coryne) y el cola de gato o cola de zorro (Cleistocactus baumennii), e indica suelos alcalinos o salinos (Kiesling y Ferrari, 2005). También lucen su vistosa fisonomía y una hermosa flor blanca los cactus (Harrisia pomanensis y H. martinii), especies autofértiles típicas de la región chaqueña y de reproducción relativamente rápida (Kiesling y Ferrai, op.cit.).
En el estrato arbustivo también son frecuentes varias especies de género Schinus, arbustos o arbolitos de pequeñas flores blanquecinas dispuestas en panoja; el atamisqui (Atamisquea emarginata); la ancoche o ancochi (Vallesia glabra); sacha sandía (Capparis sp.); la abreboca o monte negro, entre otros variados nombre vulgares, (Maytenus spinosa); acacias espinosas del género Prosopis como el vinal (P. ruscifolia); y otros. La presencia de arbolitos y arbustos espinosos como el chañar (Geoffroea decorticans), el churqui (Acacia caven), la tusca (Acacia macrantha), el teatín (Acacia furcatispina) y el ya mencionado garabato, indicarían un exceso de pastoreo.
El estrato herbáceo está formado por gramíneas, con numerosas especies de los géneros Trichloris, Chloris, Setaria, Gouinia, Digitaria, Eragrostis, Heteropogon, Gymnopogon, Panicum y otras. Además, hay dicotiledóneas de los géneros Ruellia, Justicia, Holocheilus, Trixis, Hyptis, Capsicum, Glandularia, Menodora, Ayenia, Talinum, entre otras.
Las bromeliáceas terrestres, muy conspicuas, forman masas impenetrables, especialmente las formaciones de chaguar (Bromelia serra), de chaguar blanco o caraguatá (Bromelia hieronymi) y de chaguarillo (Deinacanthon urbanianum). Además, hay algunas epífitas, como Tillandsia durantii, Usnea barbata, y varias lorantáceas parásitas de flores llamativas. Siguiendo a Cabrera (1976), entre las principales comunidades determinadas por las características del suelo (serales) de este distrito podemos mencionar las siguientes:
– Pequeños bosques marginales de las orillas arenosas y de los bancos de arena que dejan las periódicas crecidas del río Bermejo. Predominan el pájaro bobo (Tessaria integrifolia), que a veces forma extensas colonias gracias a sus raíces gemíferas, y el sauce criollo o colorado (Salix humboldtiana). Mezclados con estas especies, o bien formando matorrales, suelen aparecer las chilcas de los géneros Tessaria y Baccharis. En las islas se desarrolla una cerrada formación donde se destaca el algarrobo blanco.
– Las selvas en galería. Se observan en los albardones de los ríos Teuco y Teuquito, donde se desarrollan en forma densa junto con el palo lanza o ibirá-catú (Phyllostylon rhamnoides), el palo amarillo (Terminalia australis), el algarrobo blanco, el zapallo caspi (Pisonia zapallo). También se ven camalotes formados principalmente por Panicum elephantipes y Eichhornia crassipes que aparecen en los ríos muertos de las cuencas del Bermejo.
– Los pajonales que se desarrollan en suelos permanentemente inundados donde abundan totorales de Typha dominguensis y juncales de Schoenoplectus californicus. – Hay espartillares que se desarrollan en suelos bajos próximos a los ríos, generalmente sobre antiguos cauces abandonados. Se los conoce también como sabanas de aibe (Elionurus tripsacoides), gramínea muy consumida por el ganado.
– Sabanas de simbol o simbolares, con predominio del simbol (Pennisetum frutescens) y, además, se observan especies de los géneros Elionurus, Eragrostis, Andropogon, Gouinia, Panicum, Digitaria y Asistida. Estas forman una comunidad de gramíneas de alto porte que cubren las abras que se inundan durante la estación de las lluvias (hasta 2 m de altura). Entre los pastos dominantes crecen diversas dicotiledóneas, como Sphaeralcea miniata, Eupatorium squarrosoramosum, Clematis hilarii, y muchas otras especies.
Investigación y Textos: Gabriel O. Rodriguez
El Chaco, junto con la Selva de las Yungas y la Selva Misionera, conforman los tres biomas de más alta diversidad biológica del territorio argentino. Tanto las zonas secas como humedales, alberga una fauna muy diversa donde están representado un alto porcentaje de las especies de la fauna argentina.
Se conocen para la provincia de Formosa, es decir, de ambientes dependientes o relacionados con los ríos Paraguay, Pilcomayo y el Bermejo, 143 especies de peces (Menni, 2004). De esta significativa cifra es lógico suponer que sólo un porcentaje es la que habita las aguas del Bermejo, que es el principal curso de agua que posee la Reserva de la Biosfera prospectada. Entre los que predominan se debe mencionar la boga (Leporinus obtusidens), el dientudo (Oligosarchus jenynsi), la piraña (Serrasalmus spilopleura), el dorado (Salminus maxillosus), varias mojarras de los géneros Astyanax, Briconomericus, Cheirodon, el sábalo (Prochilodus platensis), varios bagres (Pimelodus spp.), viejas del agua (Otocinclus vittatus, Loricariichthys maculatus, Hypostomus spp.), los orilleros (Jenynsia lineata, Gambusia affinis, Cnesterodon decenmaculatus), el pejerrey (Odontesthes bonariensis), la anguila (Synbranchus marmoratus), la palometa (Cichlasoma facetum) y otros más.
Los anfibios del Chaco incluyen 49 especies (Cei, 1980), la mayoría de ellas relacionadas con humedales, aunque un cierto número puede vivir en ambientes terrestres (Bucher, 1982).
Respecto a los reptiles del área que se analiza, para su desarrollo se tomará como base el trabajo de Chebez et al. (2004) sobre “Los Reptiles de los Parques Nacionales de la Argentina”, basándonos en que la Reserva Natural Formosa (de ámbito nacional) se solapa en su sector oriental con la Reserva de la Biosfera Teuquito.
El yacaré ñato u overo (Caiman latirostris), está presente en el área y se trata de una especies con estatus de Vulnerable e integra el apéndice I de la CITES. De las tortugas se encuentra la terrestre común (Chelonoidis chilensis), especie seriamente amenazada – Vulnerable-, siendo una de sus mayores predadores el hombre que la comercializa intensamente como mascota. Están también presentes el falso camaleón (Polychrus acutirostris)- con estatus de conservación Vulnerable-; la lagartija chaqueña (Liolaemus chacoensis); el lagartijo real (Stenocercus doellojuradoi): el lagarto trepador chaqueño (Tropidurus etheridgei); el lagarto trepador espinoso (Tropidurus spinulosus); el geko salamanca (Homonota fasciata); la lagartija parda o negra chaqueña (Pantodectylus schribersi); el teyú-hoví (Ameiva ameiva). Aumentan la nómina el teyú chaqueño (Teius teyiu), el lagarto colorado o caraguay (Tupinambis rufescens), la mabuya listada (Cabuya dorsivittata), la cabuya lisa (Cabuya frenata) y el lagarto ciego de cabeza blanca (Amphisbaena bolivica) y algunas especies más dentro de los que comúnmente llamamos lagartos y lagartijas.
Del grupo de los ofidios están en el área prospectada la falsa coral ocelada o de rombos (Oxyrhopus rhombifer); la conspicua culebra chaqueña (Philodryas mattagrossensis); la culebra campera o ratonera (Philodryas patagoniensis); la culebra parda listada (Psomophis genimaculatus); la culebra ocrácea chaqueña (Thamnodynastes chaquensis); la falsa yarará común o culebra sapera (Waglerophis merremi); la yarará grande o víbora de la cruz (Bothrops alternatus); la yarará chica (Bothrops neuwiedi) y la casacabel (Crotalus durissus), dentro de otras especies más que pueden registrarse día a día.
El grupo vertebrado con mayor cantidad de especies en Reserva de la Biosfera Riacho Teuquito, es el de las aves. El número supera las 200 especies, tomando las menciones que realiza Chebez, el al. (1998) para la Reserva Natural Formosa. En este caso nos encontramos con la presencia de la laguna Yema, un gran espejo de agua del que no se detectó bibliografía específica sobre las aves que la pueblan. Pero, que sin lugar a dudas, hace más significativo en número de especies acuáticas presentes en la unidad de conservación.
Las especies más características en los ambientes acuáticos, del propio río Bermejo del Teuquito, de las lagunas, esteros y madrejones son las garzas: la garza mora (Ardea cocoi), la garza blanca (Casmerodius albus), la garcita blanca (Egretta thula), la garcita azulada (Butorides striatus), el chiflón (Syrigma sibilatrix), la garza bruja (Nycticorax nycticorax), el hocó colorado (Tigrisoma lineatum). También se encuentran las tres cigüeñas que se observan en territorio argentino: la cigüeña americana (Euxenura maguari), el jabirú (Jabiru mycteria) y el tuyuyú (Mycteria americana) y las bandurrias mora (Harpiprion caerulescens) y boreal (Theristicus caudatus), además del cuervillo de cañada (Plegadis chihi) y de la espátula rosada (Ajaia ajaja). El chajá (Chauna torquata) frecuenta tanto ambientes acuáticos de aguas someras como pastizales, al igual que la africana garcita bueyera (Bubulcus ibis), adaptada a convivir con los grandes ungulados, en nuestro caso, el ganado doméstico. Son numerosas también las especies de patos, destacándose entre ellos el pato real (Cairina moschata), los sirirí, con tres especies (Dendrocygna spp.), el pato cutirí (Amazonetta brasiliensis) y el pato de collar (Callonetta leucophrys). El carau (Aramus guarauna) frecuenta los ambientes lénticos en busca de los grandes caracoles de agua dulce que constituyen su dieta. Entre los rálidos, la gallineta común (Pardirallus sanguinolentus) permanece bastante oculta, aunque suele salir a los caminos y senderos para cruzar de un bañado a otro, mientras el burrito común (Laterallus melanophaius) es mucho más sigiloso.
Son comunes también el tero real (Himantopus melanurus), la jacana (Jacana jacana) y los pitotoy (Tringa spp.), el biguá (Phalacrocorax brasilianus) y la aninga (Anhinga anhinga). Algunos playeros y chorlos recorren las playas del río Teuco: el chorlito de collar (Charadrius collaris), el playerito unicolor (Calidris bairdii), el playerito pectoral (Calidris melanotos). Las rapaces están muy bien representadas en esta área. Del Orden Accipitriformes encontramos cuatro jotes: el de cabeza negra (Coragyps atratus), el de cabeza colorada (Cathartes aura), el de cabeza amarilla chico (Cathartes burrovianus) y el hermoso jote real (Sarcoramphus papa). Se trata de aves comedoras de carroña que se congregan junto a los cadáveres de grandes animales (ganado doméstico), acompañados por el carancho (Polyborus plancus), el águila negra (Buteogallus urubitinga), de gran porte, el milano de corbata (Harpagus diodon), el aguilucho colorado (Buteogallus meridionalis), el aguilucho pampa (Busarellus nigricollis), el milano boreal (Ictinia mississippiensis) y el gavilán patas largas (Geranospiza caerulescens). En espacios con vegetación más densa se destacan al esparvero común (Accipiter erythronemius), el taguató común (Buteo magnirostris), al esparvero variado (Accipiter bicolor), al halconcito colorado (Falco sparverius) y al halconcito gris (Spiziapteryx circumcinctus).
De las aves de hábitos terrícolas vemos el ñandú (Rhea americana), martineta chaqueña (Eudromia formosa), el tataupá común (Crypturellus tataupa), el inambú montaraz (Nothoprocta cinerascens), la chuña patas negras (Chunga burmeisteri), más fácil de oír que de ver. Las palomas están bien representadas con la colorada (Columbina talpacoti), la picazuro (Columba picazuro), la paloma colorada (Columba cayennensis), la torcaza (Zenaida auriculata), las torcacitas común (Columbina picui), la paloma manchada (Columba maculosa) y la yerutí común (Leptotila verreauxi). Del grupo de los loros cabe mencionar el conocido loro hablador (Amazona aestiva), que tiene en esta zona su lugar de nidificación y se ejecuta un proyecto para su conservación, al calancate común (Aratinga acuticaudata), la cotorra (Myiopsitta monachus), la catita chirirí (Brotogeris versicolurus).
Entre los habitantes crepusculares y nocturnos también cabe mencionar el alilicucú común (Otus choliba), la lechuza bataraz chaqueña (Strix chacoensis) el imponente ñacurutú (Bubo virginianus), el atajacaminos ñañarca (Caprimulgus longirostris), el atajacaminos chico (Caprimulgus parvulus), el atajacaminos tijereta común (Hydropsalis torquata) y el mítico urutaú (Nyctibius griseus), con su extraño grito quejoso. En las márgenes de los cursos de agua se observa al martín pescador grande (Megacery1e torquata), el mediano (Chloroceryle amazona) y el chico (Chloroceryle americana). Varios pájaros carpinteros hacen oír su ruido al intentar perforar las cortezas de los árboles como el carpinterito común (Picumnus cirratus), el carpinterito de los cardones (Melanerpes cactorum), el carpintero lomo blanco (Campephilus leucopogon), el carpintero bataraz chico (Picoides mixtus), el carpintero real (Colaptes melanolaimus) y el campestre (Colaptes campestris). Son abundantes los trepadores como el chinchero grande (Drymornis bridgesii), el trepador gigante (Xiphocolaptes major), el picapalo colorado (Campylorhamphus trochilirostris), el tarefero (Sittasomus griseicapillus) y el trepador chico (Lepidocolaptes angustirostris).
Entre los pájaros -Orden Passeriformes- son muchísimas las especies que pueblan este lugar tan especial por su riqueza biológica, por lo se nombraran algunas especies comunes o, por el contrario, raras. Están el hornero copetón (Furnarius cristatus), el coludito copetón (Leptasthenura platensis), el canastero coludo (Asthenes pyrrholeuca), los espineros (Phacellodomus spp.), el cacholote castaño (Pseudoseisura lophotes) y el curutié blanco (Cranioleuca pyrrhophia), el crestudo (Coryphistera alaudina), el gallito copetón (Rhinocrypta lanceolata), el chororó (Taraba major), la choca listada (Thamnophilus doliatus), la choca común (Thamnophilus caerulescens) y el batará estriado (Myrmorchilus strigilatus). Otras especies son el anambé verdoso (Pachyramphus viridis), la pulcra monjita blanca (Xolmis irupero), el benteveo rayado (Myiodynastes maculatus), la cardenilla (Paroaria capitata), el pitanguá (Megarhynchus pitangua) y la tijereta (Tyrannus savana), el cabecita negra común (Carduelis magellanica), el jilguero dorado (Sicalis flaveola), al tangará común (Euphonia chlorotica), el naranjero (Thraupis bonariensis), el pepitero de collar (Saltator aurantiirostris), el cardenal común (Paroaria coronata), la reina mora grande (Cyanocompsa brissonii), la urraca común (Cyanocorax chrysops) y el boyero ala amarilla (Cacicus chrysopterus)
La nómina pormenorizada de todos los mamíferos presentes en el área sería muy extensa y excedería la intención de este trabajo. A continuación se citan las especies con cierto grado de amenaza, las más conspicuas y en algunos casos sólo indicando las familias representadas.
Entre los mamíferos amenazados se destacan en tatú carreta (Priodontes maximus), considerado en Peligro Crítico (SAREM, 2000) y ocupa el Apéndice I de la CITES. Es el mayor representante viviente de la familia Dasypodidae y es exclusivamente sudamericano. El la Argentina es típico habitante de montes xerófilos de la región chaqueña y fue declarado Monumento Natural para la provincia de Chaco. Solamente estaría protegido en la Argentina por los Parques Nacionales Copo y la Reserva Natural Formosa, cuya porción oriental está dentro de la Reserva de Biosfera Riacho Teuquito. Otro mamífero emblemático y muy escaso que encontramos en el área analizada es el oso hormiguero o yurumí (Myrmecophaga tridactyla), también considerado En Peligro (no crítico) (SAREM, 2000) y ocupando el Apéndice II de la CITES. Como la especie anterior es casi exclusivo de Sudamérica, dado que si bien ocupaba la parte sur de América Central hoy ya es muy raro ahí (Parera, 2002). Si dieta al ser muy específica, basada en termitas y hormigas, agrava su situación. Sus únicos predadores son el yaguareté y el puma. En chancho quimilero o pecarí del chaco (llamado así por su afición a comer de la cactácea llamada quimil), es catalogado por la SAREM (2000) como especie Vulnerable e integra el apéndice I de la CITES. Es el mayor de los pecaríes, posee hábitos gregarios y es típico habitante de la región chaqueña, estando su distribución restringida al norte de Santiago del Estero, occidente del Chaco y Formosa y este de Salta.
Otra especie rara es el colicorto gris o chaqueño (Monodelphis domestica), de tamaño grande en comparación con sus congéneres dado que puede llegar como medida extrema a medir el cuerpo y la cabeza 27 centímetros y la cola unos 18 cm más (Massoia, et al, 2000). El rango de amenaza que ostenta es el de Potencialmente Vulnerable y en la Argentina está exclusivamente en la región chaqueña con escasas citas, una de las cuales es en la Reserva Natural Formosa, que, como ya se dijo, es en parte integrante de la reserva de la Biosfera prospectada.
Otras especies que integran el Libro Rojo de los mamíferos con estatus comprometido son: el tatú-piche (Cabassous chacoensis)-Vulnerable; el yaguareté (Leo onça)- En Peligro, que ha sido citado para el Departamento Bermejo, pero hace años que se encuentra extinguido en esta zona.
Los marsupiales dan su presente con la comadreja picaza u overa (Didelphis albiventris), posiblemente la colorada (Lutreolina crassicaudata), las marmosas (Thylamys sp.) y el ya nombrado colicorto chaqueño.
Entre los quirópteros habitan aquí numerosas especies, entre ellos el moloso pigmeo (Molossops temminckii); el murciélago tostado mediano (Eptesicus furinalis), hábil cazador de insectos; el murciélago pescador grande (Noctilio leporinus), observado en vuelos rasantes sobre los madrejones en captura peces; el moloso orejón gris (Eumops bonariensis; el vampiro común (Desmodus rotundus); y los molosos castaños (Molossus spp.) y los murciélagos oreja de ratón (Myotis spp.) crepusculares y bastante comunes. De los Dasipódidos se debe nombrar al mataco o tatú-bola (Tolypeutes matacus)- (NT *)-; de hábitos marcadamente cavícolas y difícil de ver; tatú-poyú (Euphractus sexcinctus); al piche llorón (Chaetophractus vellerosus), cuyo grito semeja el llanto de un niño; mulita grande (Dasypus novemcinctus); al tamanduá-íu u oso melero (Tamandua tetradactyla)- NT-, está citado par la Reserva Natural Formosa (Heinonen y Chebez, 1997); el lobito de río (Lontra longicaudis), con estatus En Peligro; el tapir o anta (Tapirus terrestris) – En Peligro-.
Los roedores es el Orden de mamíferos que reúne la mayor cantidad de especies en el mundo, lo se transponla a la Argentina. Se destacan la familia Muridae con la mayor cantidad de roedores, en la que se agrupan todos los conocidos vulgarmente como ratas, colilargos, ratones y pericotes. Se destaca la presencia del pericote amarillento o común (Graomys griseoflavus chacoensis); el colilargo chaqueño (Oligoryzomys chacoensis), entre una cantidad de especies más.
Otros roedores presentes son la vizcacha (Lagostomus maximus); el cuis moro (Galea musteloides) y el conejo de los palos (Pediolagus salinicola), poco común, el conspicuo coypo (Myocastor coypus) y el carpincho (Hydrochaeris hydrochaeris) frecuentan las orillas de los ríos, arroyos y madrejones y con el tapití o tapetí (Sylvilagus brasiliensis) que semeja una liebre juvenil pero tiene orejas cortas y redondeadas, finalizamos la nómina del Orden Rodentia.
Dentro del Orden Carnivora están presentes el zorro de monte o aguará-chahí (Cerdocyon thous)-NT-; zorro gris chico (Lycalopex gymnocercus); mayuato, aguará popé u osito lavador (Procyon cancrivorus), animal nocturno y arborícola que vive cerca de las corrientes de agua; coatí (Nasua nasua); hurón menor (Galictis cuja)-NT-; zorrino (Conepatus chinga); el puma (Puma concolor)-NT-, yaguarundí o gato moro (Felis yagouaroundi)-NT-, de color casi negro; y gato montés (Oncifelis geoffroyi)-NT-. Del Orden de los artiodáctilos hay que mencionar al pecarí de collar o morito (Pecari tajacu)-NT-, pecarí labiado o majano (Tayassu pecari) y el guazuncho (Mazama gouazoubira) –NT-.
Los mamíferos exóticos presentes en la Reserva son la vaca cimarrona (Bos taurus) y el jabalí (Sus scrofa).
(*)Las letras NT indican el estatus de Potencialmente Vulnerable, considerado un riego menor por lo cual no se los incluyó en el párrafo inicial donde se nombre las especies amenazadas.
Investigación y Textos: Gabriel O. Rodriguez
Ubicación
El área que ostenta esta categoría internacional está situada en el oriente de la provincia de Formosa, República Argentina, dentro de la bio-región que se denomina Gran Chaco Americano.
Ocupa parte de los departamentos Bermejo y Matacos, siendo Ing. Guillermo N. Juárez, la localidad más cercana e importante de la región.
Las coordenadas geográficas entre las que se sitúa la Reserva, son: de los 24º 02’ a los 24º 18’ de Lat. S y entre 61º 15’ y 61’ 49’ de Long. O.
Superficie
La Reserva de la Biosfera Riacho Teuquito se extiende a lo largo y ancho de unas 81.000 hectáreas.
Posee una zona núcleo de 10.000 ha., una parte buffer o de amortiguación de 18.000 ha, y el resto, unas 53.000 ha, se califican como área de transición. Esta unidad de conservación incluye parte de la Reserva Natural Formosa y toda la Reserva Provincial de Uso Múltiple Teuquito, que fue anexada a la reserva de la Biosfera.
En el área núcleo se pretende la conservación a perpetuidad de los ecosistemas que la integran, la zona de amortiguación que generalmente circunda al núcleo permite acciones compatibles con ciertas actividades que respeten criterios ecológicos, como el turismo, la educación y la investigación aplicada.
Por último, en la zona de transición se cumplen tareas como la explotación agrícola y las que generan los asentamientos humanos, pero siempre teniendo presente que se está bajo una zona protegida en la que se deben cumplir pautas de manejo sustentable y aprendizaje por parte de las poblaciones locales a convivir en armonía con la naturaleza.
Relieve
El Chaco es una vasta planicie semi-árida que ocupa en Sudamérica alrededor de 1.200.000 km2, de los cuales unos 800.000 km2 están incluidos en la República Argentina y el resto se distribuye en Bolivia y Paraguay (Canevari, et al, 1998).
Por su extensión es la segunda eco-región de Sudamérica, siendo precedida sólo por la región Amazónica (Bucher 1982 y 1986). Se caracteriza por el predominio de bosques subtropicales espinosos y sabanas húmedas y semiáridas, siendo muy rica en vida silvestre.
El sector de gran Chaco delimitado por los ríos Pilcomayo y Bermejo está ocupado por la provincia de Formosa, cuyo límite este lo constituye el río Paraguay del cual aquéllos son tributarios. La llanura formoseña es parte de una gran cuenca de acumulación – área o espacio de forma cóncava donde se depositan materiales orgánicos, inorgánicos o de otros orígenes, por poco poder de arrastre de los agentes que producen las sedimentaciones – en la que sobre un basamento cristalino, que se encuentra a distintas profundidades, se depositaron sedimentos de diverso origen y edad, encontrándose mayormente materiales recientes de origen fluvial o eólico.
En este proceso se produjo la siguiente distribución: en el este predominan los limos y arcillas que son materiales relativamente finos y generadores de suelos de menor permeabilidad (Chiozza y Figueira, 1982); mientras que en el oeste los materiales son más gruesos y permeables. Los movimientos tectónicos que formaron los Andes generaron aquí líneas de falla más o menos paralelas a la que generó el río Paraguay y también se observan escalonamientos o umbrales de muy leve altura provocados por otros fenómenos geológicos.
En este marco geomorfológico general se sitúa la Reserva de la Biosfera Teuquito, con las particularidades propias del espacio que ocupa. La leve pendiente general del área va del oeste hacia el este, declive que lógicamente influye en la orientación de los ríos de la zona cuyos cursos acompañan ese sentido de circulación.
La cota máxima es de 205 m.s.n.m. y se sitúa en la localidad General Mosconi y la mínima es de sólo 65 m en la ciudad de Formosa (Chiozza y Figueira, op. cit.). En la zona central, aún más plana, los desbordes del río Pilcomayo y las abundantes precipitaciones forman grandes esteros y bañados que cuando las lluvias son muy importantes se comunican entre sí a través de cursos de agua apenas encauzados. Contribuyen a la formación de estos humedales los albardones que bordean los cursos de agua pudiendo así describir a la zona como una enorme planicie salpicada por gran cantidad de esteros y zonas anegadizas.
El brazo sur del río Pilcomayo inferior, como tantos otros del este de la región chaqueña, va construyendo su cauce por erosión retrocederte y fue formado tempranamente. Así Lange (1906) comprueba en el terreno el retroceso del Salto del Palmar, y casi al mismo tiempo que Groeber (1941), plantea este origen para los ríos y arroyos que vuelcan sus aguas en los ríos Paraguay y Paraná
Hidrografía
Los ríos del Chaco son hidrológicamente complejos. Presentan una tendencia notable a desviar lateralmente sus cauces creando meandros, así como a atascarse en sus propios sedimentos, separándose en varios brazos. Por ejemplo, los ríos Salado y Dulce casi desaparecen sepultados por la carga sedimentaria que ellos mismos depositan sobre la planicie (Canevari, et al, 1998). Son muchos los cauces abandonados que se aprecian en distintos sectores formando parte de sus sistemas fluviales lo que constituye un elocuente testimonio de los frecuentes cambios causados por los variables ciclos de bajos caudales y de grandes crecientes. Estos cambios provocaron el ensanchamiento de los ríos en varios brazos, entre los que su ubican numerosos vestigios de lagunas y extensas áreas de bañado. Existen además relaciones complejas entre los cauces actuales con los paleocauces no colmatados, ya sea secos o con esteros y cañadas pantanosas, y con aguas subterráneas estancadas al oeste del río Parana y Paraguay (Keidel, 1948; citado por Canevari, et al, op cit.).
Esta situación hidrológica crea una variada gama de humedales y, en el caso del río Teuco-Bermejo, presenta un relieve muy cambiante, con depósitos de arenas y limos que forman los albardones que bordean su curso sinuoso y divagante. Hay meandros abandonados que originan los madrejones, altos albardones, lagunas casi circulares o semilunares y zonas planas inundables, todos fenómenos que contribuyen a detener el avance de las aguas en las crecientes y a que se depositen lentamente los sedimentos más finos.
El río que más afecta a la Reserva de la Biosfera prospectada es el Bermejo, que nace el noreste de la Cordillera Oriental. En su naciente recibe algunos afluentes que alimentan su caudal como los ríos Pescado, San Juan de Iruya, Zenta, Colorado, Santa Bárbara, Labayén y el San Francisco, entre muchos otros. Después de unirse al San Francisco- en el paraje salteño denominado Juntas de San Francisco- el río Bermejo entra en la llanura del chaco salteño y deja el curso encajonado, con márgenes altas, constituido por rocas antiguas. Estas márgenes desaparecen en la llanura y antes de penetrar en ella su ancho de 600 m en su lecho mínimo (GAEA, 1975). Luego, próximo a la localidad de Quilimilar, el río cambia completamente su fisonomía y adquiere un ancho de casi 3.000 m. Mientras tanto el lecho menor divaga dentro del mayor hacia uno y otro lado provocando erosión en los bordes de los meandros, en las barrancas y incluso, derribando árboles a su paso. En material de arrastre con trozos desmenuzados de rocas arcillosas de tono rojizo es lo que ha dado el nombre a este río. Un corto curso une el río Teuco y el Bermejo y se lo ha llamado Teuquito (GAEA, op. cit.).
El interfluvio Teuco-Teuquito es una zona de relieve complejo con albardones, madrejones y paleocauces que originan un mosaico de suelos, con selva hidrófila en la rivera y, más lejos, formaciones adaptadas a variables condiciones de suelo, drenaje y relieve (Chiozza y Figueira, op. cit,).
Dentro de área afecta por la Reserva de la Biosfera está la laguna Yema, formada por un embalse, y posee una superficie de unas 15.000 ha, cuyo principal afluente es el río Tuquito y el efluente es el canal Laguna Yema- Pirané (Quirós, et al, 1983).
La difícil geografía y su situación de provincia fronteriza explican la poca ocupación del suelo formoseño.
Clima
La Reserva de la Biosfera Riacho Teuquito se sitúa en una zona afectada por clima subtropical templado. Las precipitaciones promedian unos 1.200 mm. anuales y la temperatura media anual es de 23 C º.
En época estival las temperaturas máximas pueden alcanzan los 40 Cº y los inviernos no están exentos de días con temperaturas bajo cero, produciéndose heladas. La zona está afectada por el anticiclón del Atlántico Sur y por la baja térmica del continente sudamericano, que propician la formación de masas de aire tropical. La combinación de estas masas con las atlánticas polares determina el régimen de lluvias de la zona.
En cuanto a las precipitaciones presentan una merma marcada en la estación invernal y dos picos de aumento de las mismas, uno más acentuado en el mes de marzo y otro suave en el mes de noviembre.
Es importante destacar que el Parque Nacional Río Pilcomayo se encuentra dentro del área de producción frecuente de tornados, no existiendo un buen registro de los mismos debido a la escasa población de la zona.
Haciendo referencia al clima provincial en general se observa que por su desarrollo latitudinal el extremo noroeste está dentro de la zona tropical, hallándose la mayor parte del territorio al sur del Trópico de Capricornio, lo que nos indica a su vez la distancia con el Ecuador hecho que nos señala la no existencia de marcadas diferencias en la duración de los días y las noches, pero sí en la intensidad de la insolación.
Es importante señalar que al estar el oeste de la provincia afectado por un clima cálido tropical con estación seca, debido al cual la lluvias de escaso monto se producen en el período estival cuando ocurre la mayor intensidad de evaporación a causa de las elevadas temperaturas. Esto produce un balance hídrico marcadamente deficitario que tiene mucha influencia en el cauce de los ríos, muchos de los cuales llegan a la región oriental.
Investigación y Textos: Gabriel O. Rodriguez
Cómo llegar
Como primera etapa se indica como arribar a la capital formoseña. Desde toda la zona centro de la Argentina habrá que acercarse a la ciudad de Rosario, y pocos kilómetros al norte de la misma, en San Lorenzo, parte la RN Nº 11, que en forma bastante directa, nos lleva a la ciudad de Formosa, pasando antes por Resistencia.
Desde Salta y San Salvador de Jujuy deberá ir hacia el sur por la RN Nº 9 hasta que pocos kilómetros después de la localidad de Lumbreras, parte, a la izquierda (este), la RN Nº 16 hasta la ciudad de Resistencia. En esta metrópolis se va hacia el norte por la ya señalada ruta 11.
Partiendo de San Miguel de Tucumán habrá que hacer unos kilómetros hacia el norte por la RN Nº 9 hasta el punto indicado en el párrafo anterior donde nace la ruta 16, y se sigue como allí se indica. Desde la ciudad de Formosa hay que tomar la única ruta asfaltada que parte hacia el oeste, la RN Nº 81.
Esta nos conduce a la ciudad de Ing. Guillermo Juárez que puede considerarse el punto de partida para recorrer las distintas localidades y lugares que abarca la Reserva de la Biosfera Riacho Teuquito. Esta misma ruta pasa por Los Chiriguanos y Laguna Yema, desde donde parte hacia el sur la RP Nº 37 (de tierra) que bordea la laguna y llega a un paraje denominado Sumayen. Por este lugar pasa la RP nº 9 que recorre un tramo paralela al río Teuco-Bermejo, que es zona de la Reserva y también nos lleva a la Reserva Natural Formosa, área de ámbito nacional, cuya parte este está dentro de la reserva que nos ocupa.
Recursos culturales
Antiguamente el noreste de la zona chaqueña estuvo ocupado por una serie de pueblos indígenas pertenecientes a una gran familia lingüística, integrada por varias comunidades de origen patagónico, que se identifica con el nombre de guaycurú.
Mas no todos esos pueblos han permanecido en el lugar, sino que por el contrario algunos extendieron su hábitat fuera de los que hoy es territorio argentino, entre los que se encontraron los belicosos abipones, y sólo permanecieron hasta nuestros días los mocovíes y en número mayor los tobas y pilagaes (Canals Frau, 1986). El primitivo lugar de residencia de los abipones fue la ribera septentrional del río Bermejo inferior. Se sabe que a comienzos del siglo XVII adoptaron el caballo y comenzaron a trasladarse combatiendo otras poblaciones indígenas y españolas. De este período quedan los testimonios del padre Dobrizhoffer, quien tuvo contacto permanente con ellos desde 1750 a 1762 y la mayor información que de ellos se tiene provienen los escritos, en latín, de este célebre misionero que los tituló “Historia de Abiponibus”.
También los tobas adoptaron, hacia la misma fecha que los abipones, el caballo y su población que ocupaba todo el actual territorio formoseño, se concentró en el este del mismo, por ende, ocupando las tierras del área analizada.
Los pilagaes son los únicos guaycurúes que todavía conservan parte de su cultura. Viven desde hace varios siglos en la parte central de Formosa sobre la margen del Río Pilcomayo, extendiéndose hasta el estero Patiño.
Según lo expresado por Métraux, (1944), debido a la gran riqueza biológica de nuestro chaco oriental, la recolección de productos agrestes fue la forma de vida casi exclusiva de estos aborígenes. Según expresa Palavecino, (1933) que conviviera algún tiempo con los pilagaes, los productos más buscados eran los frutos de algarrobo, del chañar, del mistol, de la tusca (nombre que le daban a la Acacia caven), del molle y cogollos de palmera. Las mujeres se dedicaban más a esta recolección y utilizaban – al decir del precitado autor – como recipientes paran trasportar su recolección grandes bolsas confeccionadas con caraguatá y de cuero de pecarí. También gustaban de la miel y de la carne, principalmente del tapir, venados y pecaríes. La forma de cazar era muy primitiva en cuanto a la utilización de armas, sólo se valían de la macana – esto también se refiere a los mocovíes – para asestar un fuerte golpe a los animales que pasaban por el único lugar posible dado que los iban cercando con fuego. También utilizaron el arco y flecha y practicaban la pesca valiéndose principalmente de redes.
En cuanto a la lengua utilizada por los tobas es conocida gracias al padre Bárzana que a fines del siglo XVI redactara “Arte y Vocabulario de la lengua Toba”, obra que permaneció inédita por mucho tiempo hasta que el historiador Lafone Quevedo lo publicó en 1893, utilizando el manuscrito que aún se conserva en la Biblioteca Bartolomé Mitre. Avanzando más en el tiempo la región donde actualmente se encuentra el Parque Nacional Río Pilcomayo ha sido base de asentamientos de productores agroforestales desde fines del siglo XIX. Un hecho histórico favorece está situación; en 1879 pasa a jurisdicción del Paraguay la Villa Occidental (hoy Presidente Hayes) y forzados por esta situación se fundan las ciudades de Formosa y Fortín Fotheringham (hoy la ciudad de Clorinda) frente a Asunción, que existía desde 1537 año en que la fundara Juan de Zalazar y Gonzalo de Mendoza. Esto promueve la colonización del este formoseño que hasta entonces estaba enteramente ocupado por los aborígenes mencionados precedentemente.
Previo a la fundación de las ciudades nombradas la zona había sido penetrada por los obrajeros asunceños para extraer madera de las selvas ribereñas. En 1871 existían 18 obrajes en la región y a comienzos del siglo XX abundaban las chacras con plantaciones de cítricos sobre las márgenes de Río Pilcomayo (Fasce, 1982 y Elguera, 1999).
Podría decirse que la culminación de este proceso de colonización agrícola tuvo su máxima expresión con la fundación de la misión “Tacaaglé”, en 1902 la que se expande puntualmente sobre vastas zonas del actual Parque Nacional Río Pilcomayo.
Como consecuencia de está intrusión en el territorio formoseño ya a principios del siglo XX comenzaron a desaparecer especies como el lobo gargantilla (Pteronura brasiliensis), el venado de las pampas (Ozotoceros bezoarticus), el ciervo de los pantanos (Blastocerus dichotomus) y el yaguareté (Leo onca). Los avistajes posteriores de está fauna fueron siempre muy esporádicos.
Ecoturismo
En la superficie que ocupa esta Reserva de la Biosfera hay una multiplicidad importante de ambientes, algunos en estado casi prístino donde podrá practicarse el llamado ecoturismo en cualquiera de sus variantes, como la observación de fauna alada y la caza fotográfica, una práctica saludable desde el punto de vista que se la quiera analizar. Una gran laguna, Yema, nos brinda la posibilidad de practicar actividades náuticas y pesca deportiva.
También hay algunas localidades señeras, habitadas por gente de origen indígena u otras con curiosas historias por ser hitos del avance del europeo sobre esas indómitas tierras. El panorama para la explotación turística de esta región es promisorio por poseer zonas muy poco pobladas que dieron la posibilidad de que fueran refugio de animales interesantes como el tatú carreta o el yerumí u oso hormiguero, muchísimas aves y reptiles. Esto enmarcado de montes y selvas en galería con una no menos variada gama de especies forestales que también atraen la curiosidad de la gente. Estimamos que este es el mayor valor del lugar, dado que hay un auge de este tipo de turismo en el mundo entero.
Reseñaremos a continuación algunos de los atractivos turísticos que ofrece la provincia de Formosa en su conjunto. Hay varias áreas naturales protegidas que pueden ser visitadas. Entre éstas están:
El Parque Nacional Río Pilcomayo
En este Parque Nacional podemos encontrar diversos ecosistemas tales como palmares, isletas de monte, selvas en galería y zonas anegadas con abundante y colorida vegetación acuática acompañada por una legión de aves de ambientes húmedos. En el área recreativa Laguna Blanca hay un campamento con mesas, sanitarios y fogones. Desde este sector se accede a pasarelas construidas en madera que nos aproximan a las márgenes de la laguna con gran posibilidad de hacer avistaje de aves y caza fotográfica captando tal vez la cara de algún yacaré que asoma cauteloso su hocico y sus ojos o que esté tomando sol entre la vegetación flotante que ocupa la laguna.
También existe un mangrullo con una hermosa vista panorámica de la laguna y los ambientes que la circundan, como totorales y las isletas de bosques que se presentan como manchas verdosas salpicadas de tanto en tanto por palmares de caranday. Es aconsejable desde este lugar ver los espectaculares atardeceres cuyas fotografías se difunden en folletos y publicaciones. Próxima a la zona del camping parten algunos senderos que merecen ser recorridos. Entre estos se destaca el sendero a la Laguna Blanca al que se accede por pasarelas que atraviesan un peguajozal donde teniendo un poco de paciencia y siendo cauteloso muy probablemente pueda observar carpinchos y yacarés. El sendero Los Tesoros Ocultos de la Naturaleza recorre una porción de monte con posibilidad de ver gran variedad de aves. Para efectuar otros recorridos por el interior del Parque es conveniente asesorarse con los guardaparques y ellos aconsejaran los mejores itinerarios disponibles en ese momento.
Reserva Natural Formosa
Una vez en la Reserva, conviene asesorarse con los guardaparques para conocer los senderos transitables según la época del año. Es conveniente la utilización de vehículos todo terreno. En verano, el calor resulta excesivo para quienes no estén adaptados a este clima, por lo cual lo recomendable es realizar las visitas entre marzo y septiembre, antes del período de grandes lluvias.
La Reserva cuenta con un campamento con sanitarios, de donde parte el Sendero Monte Adentro, cuyo recorrido de 6 km a través del monte permite apreciar las plantas y animales más comunes de este ambiente. Se puede regresar por un camino más corto.
La calidad paisajística de la Reserva es sorprendente por su belleza, dada por el contraste entre los panoramas fluviales y el marco que les brinda el bosque maduro, caracterizado por imponentes ejemplares. Es muy interesante la visita a las orillas y barrancas rojizas del Bermejo y sus aguas marrones. El recorrido por las lagunas permitirá observar la fauna acuática, especialmente las aves, y la vegetación flotante de color verde intenso, que contrasta con el entorno seco y ocráceo.
El camino de ingreso se bifurca 1,5 km antes de entrar en la Reserva. El ramal de la izquierda, que bordea en algunos tramos el río Teuco, llega a Potreritos, un conjunto de casas abandonadas que figuran en algunos mapas provinciales. Siguiendo este camino se ven algunas casas de pobladores junto al mismo y otras hacia el río. Luego de 8 km se une con el otro camino y 4 km más adelante se llega a La Palmita. Es un camino antiguo y muy sinuoso, con sectores afectados por las crecientes.
El segundo camino, que recorre 8 km antes de volver a unirse con el anterior, es el que está en mejor estado de la Reserva, a la que atraviesa en su parte media. De él parten varias picadas. En el kilómetro 4, se abre a la izquierda un tercer camino que tiene un recorrido de 8 km. A los 500 m de iniciado se llega al paraje “6 Yuchán”, luego pasa por la población de Ardi1es hasta llegar a Ibarra, en la margen sur del arroyo Teuquito y frente a El Azotado. Este tercer camino es muy angosto, sinuoso, y transitable sobre todo en la época seca, lo mismo que el cruce del Teuquito hacia El Azotado.
Desde La Palmita sale otro camino que, formando el límite este de la Reserva, llega hacia el norte hasta La Lagunita, con un recorrido de 3 km. Está en muy mal estado y resulta transitable en invierno. En La Lagunita también se puede cruzar el arroyo Teuquito, salvo en época de creciente.
Durante la época de lluvias todos estos caminos se tornan intransitables por períodos que van de tres días (con 30 mm de lluvia) a dos semanas (con 80 mm). La Reserva cuenta, además, con una serie de sendas que se pueden recorrer a pie y que son utilizadas por el ganado doméstico.
Ciudad de Formosa
La atractiva ciudad capital se halla recostada sobre la ribera del río Paraguay. Fue fundada en 8 de Abril de 1879 por el Comandante Luis Jorge Fontana. Con una ubicación estratégica, de ella parten varias rutas que cruzan el territorio formoseño. Su puerto también es una importante vía de comunicación, tanto nacional como con la vecina República del Paraguay. Hay diversos servicios de embarcaciones que cumplen el trayecto hacia Villa Alberdi, en el mencionado país.
La ciudad ha conservado barrios con construcciones antiguas que contrastan armónicamente con zonas muy modernas como la plaza central – San Martín- y algunos nuevos edificios, bulevares y luminarias que abundan, monumentos, el casino y algunas amplias avenidas.
Entre diferentes atractivos se pueden apreciar la, la Casa de Gobierno que fue declarada Monumento Nacional y en cuyo interior funciona el Museo de los Gobernadores, la Iglesia Catedral Nuestra Señora del Carmen el Museo Histórico Provincial, ubicada en Av. 25 de Mayo y Belgrano, en el cual se conservan los testimonios más sobresalientes del pasado de la provincia. En el Instituto de Comunidades Aborígenes donde se exponen allí las más variadas y autóctonas artesanías como lo son las muestras de cestería, alfarería, tejidos y hermosas tallas en madera de palo santo. Se destaca por su belleza la Plaza San Martín, de arbolados paseos, glorietas y su singular lago interior.
La Plaza Temática
Moderna Plaza con motivos temáticos que enseñan y representan a cada Departamento de la provincia, con sus riquezas individuales puestas al conocimiento de niños y padres
Casa de artesanías
Posee un patio con aljibe, galerías, y un estilo neo colonial. Allí funcionan talleres donde las diferentes etnias aborígenes realizan sus artesanías, también cuenta con una sala para la exposición y venta. Ubicada en San Martín y Av. 25 de Mayo.
Puerto y costanera
Ubicado sobre el río Paraguay, desde allí se realizan viajes a la vecina ciudad paraguaya de Alberdi.
Iglesia Catedral
Está ubicada en Av. 25 de Mayo y Moreno. Fue construida en 1896 y allí se conservan los restos de del Comandante Fontana.
Paraíso de los Niños
Tan sólo 27 Km. de la capital hacia el norte y sobre la RN 11 se encuentra la Estación de Animales Silvestres Guaycolec. Lugar donde se fomenta la cría de especies autóctonas como el yaguareté, pecarí, puma, coatí, gato montés, tapir, yacaré y diversas aves; es un lugar excelente para tomar fotografías de fauna nativa. Muestra además un agradable bosque para realizar campamentos y se pueden recorrer con el auto los diferentes paseos y sitios de interés.
Reserva de Biósfera Laguna Oca Río Paraguay
Está ubicada a 4 Km. del centro de la ciudad, saliendo por la calle detrás del Anfiteatro de la Juventud. Cuenta con servicios completos. Acceso libre y gratuito.
Clorinda
Es la segunda ciudad formoseña en importancia y es otra ciudad para recorrer. La misma se halla en las proximidades de la confluencia de los ríos Paraguay y Pilcomayo, a 128 Km. de la capital por RN 11. La cultura aborigen, las influencias de inmigrantes europeos y del Paraguay, confieren a la población una encantadora policromía, que conforma una importante confluencia de razas.
Entre sus numerosos paseos se pueden recorrer hermosos paisajes y realizar diversas actividades acuáticas. De igual manera la pesca deportiva presenta excelentes pesqueros, reconocidos mundialmente. El puente internacional “San Ignacio de Loyola” sobre el río Pilcomayo, comunica a la ciudad con Asunción en la vecina República del Paraguay.
Su nombre- Formosa- proviene del término castellano antiguo “fermoso”, vocablo que se utilizó para aludir a la belleza que caracteriza a la región.
Wichis, Pilagás y Tobas conviven en comunidades que mantienen el sesgo indígena inalterable hasta el día de hoy. Estos pueblos, atentos a la voz de la naturaleza, recrean a cada instante su visión particular del mundo.
Localidades como El Potrillo, Ingeniero Juárez y General Mosconi, muestran al visitante su labor diaria por rescatar y defender los valores propios de cada etnia. Formosa se destaca por ser sede del “Encuentro de Pueblos Originarios de América”, evento que reúne a representantes aborígenes, de entidades, agrupamientos y fundaciones que luchan por la defensa de los derechos humanos y por la preservación de la cultura de los pueblos precolombinos.
Por otra parte, Formosa es considerada la capital de las artes plásticas. Numerosos artistas encuentran en los majestuosos parajes de la región, el estimulo natural para la creación de sus obras. Delicadas pinceladas trazan rincones deslumbrantes de la bella Formosa. La exquisita calidad de estos trabajos pictóricos puede conocerse en alguna de las múltiples salas de exposición de la provincia.
Pesca
Tanto el río Paraguay como el Bermejo y Pilcomayo son fuente de una abundante y variada fauna ictícola. Esta característica, califica a Formosa como uno de los centros más importantes para la práctica de la pesca deportiva. Año tras año, pescadores de toda Sudamérica, remontan sus caudalosos ríos para desafiar al intrépido Dorado o al sigiloso Surubí, destacados por sus considerables dimensiones. La numerosa fauna ictícola y la infraestructura planteada para el desarrollo de la pesca deportiva, hacen de Formosa un sitio ideal para los amantes de dicha actividad.
Misión Laishí y otras localidades
Es un antiguo paraje que fuera fundada por el Sacerdote Pedro Iturralde, en el año 1901, esta Misión lleva el nombre del Santo Patrono de la Orden y del Cacique Toba llamado “Laishí”, quien dominaba a toda esta región antes de la conquista del Chaco. Está ubicada a 61 kilómetros al sur de la ciudad Capital y allí se conserva aún la Capilla y la primera Escuela Agrotécnica para sus antiguos habitantes.
Cerca de Misión Laishí está la Reserva Natural Privada El Bagual, un relicto de biodiversidad que administra técnicamente la ONG Aves Argentinas desde hace varios años. Luego podrán continuar y descubrir paisajes típicos de la naturaleza formoseña junto a la cordialidad de las localidades de Mayor Villafañe, donde podrán visitar el Fortín Capitán Solari, que tiene en pié todavía el manguillo que utilizaban los soldados para defender a los primeros pobladores que buscaban asentarse en esas zonas que pertenecían a los pueblos Tobas.
Después se deberá continuar hasta la Perla del Sur “El Colorado”, una ciudad que tiene una característica fundamental que es la de estar situada a la margen del Río Bermejo, de rojas aguas que baña sus costas con gran actividad pesquera y la distingue la gente cordial y cálida en espera del visitante.
Reserva Natural Provincial Bañado la Estrella
La naturaleza puso fin al río de los pájaros, el Pilcomayo, pero devuelve al hombre un espejo de vida plena formando el Bañado La Estrella , que se encuentra entre los tres más grandes humedales de Sudamérica, de transparentes aguas de cambiantes tonalidades.
El Bañado La Estrella está ubicado al noroeste de los departamentos Ramón Lista, Bermejo y Patiño, pertenece a las subregiones del Chaco Semiárido y de Transición. Se accede por la localidad de “Las Lomitas”, a 300 kilómetros al oeste de Formosa. Cabe destacar la excelente hotelería con la que se encontrarán allí. Este bañado es atravesado por Trópico de Capricornio y su fondo vegetal nos nos permiten ver sus habitantes: pequeños peces, cardúmenes de sábalos y ondeantes algas que se mecen con el suave correr de sus aguas.
Los “champales”, árboles secos que cobran vida al cubrirse por completo de verdes enredaderas, donde viven mariposas, enjambres de abejas, saltamontes, pequeñas aves y ocasionalmente alguna curiyú para deleite de los ávidos de aventura y emociones fuertes. Estos champales asemejan monjes de la diosa natualeza, con sus verdes hábitos, se rodean de esbeltas candelas que son las altas palmeras en cantidades infinitesimales. Los amaneceres y atardeceres se cubren con el sonido que las aves acuáticas profieren, rompiendo el impalpable silencio del Bañado. Se encuentran presentes comunidades representantes de la etnia Pilagá con la característica de elevada calidad en sus artesanías. Existen osos hormigueros, yacaré, carpinchos, nutrias, lobitos de río, vizcacha, puma, guazuncho, chancho moro y una variedad pocas veces vista de aves acuáticas.
Laguna Yema
Laguna Yema, está en parte dentro de la Reserva de la Biosfera Riacho Teuquito y toma su nombre del gran cacique “Yema” de etnia Wichí, sus descendientes aún habitan esos lugares donde transcurre su vida entre la caza, la pesca y la confección de sus artesanías. Está ubicada en el centro oeste de la Provincia, entre las localidades de Pozo del Mortero y Los Chiriguanos a 380 kilómetros de la ciudad de Formosa, corresponde al departamento Bermejo. Laguna Yema fue fundada en el año 1925 coincidiendo con la instalación de la vía férrea Formosa – Embarcación. Luego en el descanso, se degusta el exquisito cabrito “yemeño” para deleite, no del pescador, sino del paladar más exquisito.
La naturaleza es cómplice del visitante porque le revela secretos guardados por sus naturales habitantes. Laguna Yema nos alegra la vista en tan grandioso espejo de agua, habitado por dorados, pacúes, sábalos, tarariras que se dejan pescar con la esperanza de que el alma deportista del pescador los devuelva al agua después de placentera contienda, el pescador blandiendo su reel y el pez oponiéndose con su fuerza natural.
Navegación
El río Bermejo, por su ubicación, alejado de los grandes centros urbanos, por su recorrido, por su colorido, por sus playas limitadas por montes impenetrables, su entorno agreste y como consecuencia por su fauna, se convierte en un atractivo turístico de gran importancia ya que en él se pueden practicar todo tipo de turismos. Si agregamos a esto la cordialidad de la gente del lugar, su hospitalidad, su forma distinta de vivir, de medir el tiempo y los aborígenes con sus distintos tipos de artesanías, hace que el turista realmente disfrute lo que la naturaleza le ofrece.
Se extrae como experiencia directa, que el tramo más completo, por su fauna (yacaré y carpinchos) y por los obstáculos que presenta el río (palmerío amontonado), sería el de “El yacaré” hasta “La bomba de toma”, ubicada al sur de Las Lomitas, en la intersección de la ruta provincial 26 y el río Bermejo. Dicho recorrido en épocas de bajo caudal, meses de julio, agosto y septiembre, llevaría de 3 a 5 días de navegación. En los meses de abril, mayo y junio, al haber mayor caudal, hay más velocidad de corriente acortándose el tiempo de navegación a la sumo 3 días. El mismo se realiza en piraguas a la velocidad que despliegan 2 remeros. Si el turista dispone de más de cuatro días en la zona, la navegación terminaría en el “km 503 NRB”, donde es muy notoria la cordialidad de los lugareños. Otra etapa de navegación, por el Bermejo, comienza aguas arriba de la ya descripta (El Yacaré hasta La Bomba) en la zona de Fortín Belgrano hasta El Yacaré, lugares de abundante fauna.”
Descenso en piraguas por el Río Bermejo
En este circuito se vigoriza el placer de la navegación en si, pues el río es muy correntoso y ofrece momentos de tensión, sin llegar a representar un verdadero peligro. El descenso, tiene, como complemento de la navegación, todo lo relativo al avistamiento de animales silvestres, la contemplación de las hermosas barrancas que coronadas de un monte tupido y variado ofrece lugar para campamentos en sus costas o en el monte, de acuerdo al gusto del turista participante; fogatas, safari fotográfico, interpretación de senderos, siendo este un circuito muy ligado a lo deportivo.
Es emocionante, cuando el río se cierra por la grande aglomeración de palos que se amontonan, dejando pequeños lugares para parar, donde la corriente aumenta y obliga a estar muy atentos y a maniobrar la embarcación con decisiones rápidas.
El silencio imperante solo es roto por los rumores del río, por el grito de las diversas aves o por el aullido asustado y posterior chapoteo de algún carpincho sorprendido y que huye hacia donde él cree esta su salvación: el agua. La época propicia para este tipo de turismo es de abril a septiembre
Contacto
Para obtener más información sobre esta área protegida de rango internacional se deberán dirigir a la Subsecretaría de Recursos Naturales y Ecología de Formosa sita en la calle José María Uriburu 1513, código postal 3600. Los teléfonos de esta Dependencia son (03717) 427576 o el 424808.
El correo electrónico de la Subsecretaría es: formosa@medioambiente.gov.ar
La oficina que atiende los asuntos del programa MAB de la UNESCO en la Argentina, está en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en la calle San Martín 459, código postal 1004, y sus teléfonos son (011) 4348-8399/ 8404.
Problemas de conservación
Resulta difícil reseñar los problemas de conservación en área de estas características, donde se permite en la mayor parte de su superficie la actividad humana, hay poblados en su extensión y campos privados. Como se indica en el ítem “categoría”, justamente el programa El Hombre y la Biosfera (MAB), que lleva a cabo la UNESCO, tiene por principal fin lograr la convivencia armónica del hombre con la naturaleza.
De esto se deduce que con el transcurso del tiempo, si se van cumpliendo los pasos pautados por este Programa, se lograría minimizar los problemas de este tipo.
Por el momento se puede decir que áreas protegidas del ámbito nacional y provincial que están dentro de su radio, sufren las consecuencias negativas de la caza furtiva y del pastoreo de ganado cimarrón y del que no lo es. Además hay otras especies exóticas entre plantas y animales que de una u otra forma alteran el ambiente. Tal es el caso de jabalí (Sus scrofa).
Razón de su creación
Formosa es un territorio que por sus características morfológicas y, tal vez, por ser zona de frontera, no desarrolló gran población. Es por ello que aún conserva zonas prístinas de su naturaleza y que, en este caso, la comunidad internacional, por medio del Programa El Hombre y la Biosfera de la UNESCO, puso su mirada en ella. Este programa tiene como objetivo general enseñar al hombre a vivir en armonía con la naturaleza, haciendo uso racional de sus recursos.
Fue en el año 2000, cuando a propuesta de la Argentina, una zona de esta provincia se declara Reserva de la Biosfera. Esta categoría internacional recayó sobre la Reserva Provincial Teuquito y abarcó un sector mucho más amplio que ocupa 81.000 hectáreas y se la denominó Reserva de la Biosfera Riacho Teuquito.
El área ocupa mayormente zonas del Chaco Seco, una eco-región con una riqueza excepcional por su biodiversidad. También la Reserva incluye una porción oriental de la Reserva Natural Formosa, de la laguna Yema, pequeños poblados y campos privados. Es un desafío importante para las autoridades, empresarios, pobladores y las fuerzas vivas de la región.
Categoría
Reserva de la biosfera
El concepto de reserva de la biosfera nace del Programa del Hombre y la Biosfera (MAB), implementado por la UNESCO. Este programa tuvo su origen en la “Conferencia Intergubernamental de Expertos Sobre las Bases Científicas Para el Uso y Conservación Racional de los Recursos de la Biosfera” llevada a cabo en París en el año 1968. Tiene por pilares la investigación y capacitación interdisciplinarias, que busca desarrollar las bases, dentro de las ciencias naturales y sociales, para el uso racional, la conservación de los recursos de la biosfera y el desarrollo de una relación más equilibrada entre las poblaciones humanas y su medio ambiente (SRNyAH). Las Reservas de la Biosfera son un elemento central de este programa.
El concepto básico sobre el cual se sustenta el Programa es considerar que el hombre es parte integrante de la naturaleza, por lo que los estudios y manejo de sistemas ecológicos deben hacerse con el objetivo de lograr un desarrollo sustentable. En base a este principio, se puede definir a las Reservas de la Biosfera como espacios que incluyen ecosistemas costeros o terrestres en los que se trata de compatibilizar la conservación de los recursos naturales con el uso sustentable de los mismos, para beneficio de las comunidades locales, incluyendo importantes actividades de investigación, educación y capacitación.
Así ellas representan una herramienta fundamental para la implementación de diversos acuerdos internacionales como La Agenda 21 y de la Convención sobre la Diversidad Biológica y de otros. Las reservas de la biosfera están sujetas a la soberanía exclusiva del Estado en la que está situada y por lo tanto sometida únicamente a la legislación nacional, formando una Red Mundial en la cual los Estados participan de manera voluntaria.
Originariamente la Reserva Provincial Teuquito fue creada por el Decreto provincial Nº 132/87. Luego, surge la idea de presentar al área como apta para ser declarada Reserva de la Biosfera y en noviembre del 2000 fue integrada a la red mundial.
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Investigación y Textos: Gabriel O. Rodriguez
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